https://informacionporlaverdad.wordpress.com/2012/05/07/nuestro-veneno-cotidiano-libro-y-video-del-documental-de-marie-monique-robin-toxicos-en-la-cadena-alimentaria-y-enfermedades-cronicas-prevenibles/
Después del articulo “EL FUTURO DE LA COMIDA, Bioluminiscencia para detectar cultivos genéticamente modificados”, que parece ser que a sido de interés general y no es para menos dado que tratamos el tema de la alimentación. En esta ocasión os dejamos con el nuevo libro de la autora del libro “El mundo según monsanto”
https://www.youtube.com/watch?v=LdIkq6ecQGw
, y un documental acompañando tal libro, esperamos que os empapéis bien de esta información ya que es un tema de vital importancia.
La periodista francesa especializada en agroalimentación, Marie-Monique Robin, asegura que “la cadena de alimentación está contaminada”
“La epidemia de enfermedades crónicas del mundo occidental es debida a la contaminación química y particularmente a la transformación del modo de producción de nuestros alimentos, donde los efectos de la revolución agrícola y agroalimentaria se conjugan para constituir un cocktail explosivo.”
Así concluye “Nuestro Veneno Cotidiano” un documental francés, que fue emitido en Francia, Alemania y Bélgica el 15 de marzo de 2011, y que ha sido subtitulado al español hace varias semanas.
Quizás, no sea de extrañar que recientemente Francia haya aprobado una norma para eliminar el uso en los plásticos del BPA (cuyos efectos secundarios son explicados en detalle en este trabajo), “saber es poder”, dice la cinta y así, la concienciación abre el camino para un cambio legislativo.
“La cadena de alimentación está contaminada”, mantiene la periodista francesa especializada en agroalimentación Marie-Monique Robin, que acaba de publicar en España el libro Nuestro veneno cotidiano, una investigación sobre las sustancias químicas que llegan a nuestro plato.
El nuevo libro de esta investigadora analiza con detalle las moléculas químicas a las que estamos expuestos en nuestro entorno y en nuestra alimentación.
Las analiza, según explica en una entrevista a Efe, partiendo de “lo más simple y de lo menos discutible”, como las “intoxicaciones agudas y después crónicas de los agricultores expuestos directamente a los pesticidas” hasta llegar a lo más complejo: los efectos a dosis pequeñas de los residuos de productos químicos que “todos tenemos en el cuerpo”.
Dos años de investigaciones por Asia, Norteamérica y Europa, testimonios de expertos, multitud de informes de miembros de agencias de regulación alimentaria y estudios científicos avalan este nuevo trabajo, en el que la periodista sostiene que miles de moléculas químicas han invadido nuestra alimentación desde la Segunda Guerra Mundial y que “solo un diez por ciento de ellas ha sido estudiadas seriamente”.
“Esta invasión química está vinculada al desarrollo de la sociedad de consumo, que ha provocado la salida al mercado de miles de productos de consumo corriente cuya fabricación o transformación se basa en unos procesos químicos cuya toxicidad está muy mal evaluada”, según la periodista.
Una crítica que realiza Robin tras analizar el sistema de evaluación de los productos químicos tal como lo practican las agencias de reglamentación nacionales o europea, como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que se basan en el principio de Paracelso, el médico suizo del siglo XVI que afirmó que solo la dosis hace el veneno.
Inspirándose en este principio, según cuenta la autora, las agencias de reglamentación desarrollaron una norma llamada ingesta diaria admisible (IDA), que “es la dosis de veneno químico que se supone que podemos ingerir cada día sin enfermar”.
Esta IDA es “un engaño que no protege a los consumidores, sino a los fabricantes”, según la autora de El mundo según Monsanto, un ensayo sobre esta multinacional de semillas transgénicas a la que acusa de practicas “mafiosas”.
¿Y cómo afecta esta “invasión” a nuestro cuerpo? Para responder a esta pregunta Robin parte por explicar qué son lo que los científicos llaman “perturbadores endocrinos”, una clase de productos químicos que es particularmente peligrosa, unas moléculas químicas que son hormonas de síntesis o que imitan la acción de las hormonas naturales.
“Están en todas partes, como el bisfenol A en los biberones, en los recipientes de plástico duro o en las latas de conservas, los ftalatos en los plásticos blandos o el PFOA en las sartenes antiadherentes (teflón), los cosméticos, los detergentes, y, por supuesto, los pesticidas”, según la especialista.
Estas hormonas de síntesis tienen la capacidad de actuar a unas dosis “infinitesimales, muy inferiores a la IDA y desempeñan un papel particularmente nocivo en relación a los embriones y fetos”.
“Miles de estudios llevados a cabo en animales -prosigue- demuestran que llevan a cánceres que depende de las hormonas (de mama, próstata, testículos), a problemas reproductivos (esterilidad, malformaciones congénitas), de diabetes o de obesidad en adultos que estuvieron expuestos en el vientre de su madre”.
En el caso de estas moléculas, según la periodista, no es “la dosis la que hace el veneno”, sino el momento de exposición. “La epidemia del cáncer no se debe al envejecimiento de la población. Las estadísticas demuestran que la tasa de incidencia aumenta en todas las franjas de edad, tanto en los jóvenes como en las personas mayores. Por lo tanto, estamos ante una auténtica ‘epidemia’, por retomar las palabras de la OMS”, según Robin.
Esta epidemia, a su juicio, se debe al “medio ambiente y al modo de vida”, como dice que le explicó Christopher Wild, director del Centro Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC, en sus siglas en inglés), que depende de la OMS .
En los últimos 30 años, tal y como señala, el índice de cáncer ha aumentado más de un 40% y el incremento de enfermedades como la leucemia y los tumores cerebrales en niños ha sido aproximadamente del 2%.
Además, en los países desarrollados, también se han multiplicado los problemas de origen neurológico (Parkinson y Alzaheimer) y las disfunciones en la reproducción.
Ante esta situación, Robin urge a tomar medidas para prohibir estos “perturbadores endocrinos”, que “tienen además la capacidad de interactuar en nuestros organismos a unas dosis extremadamente bajas”, como un residuo de pesticidas que se encuentra en una fruta o verdura.
Mientras se espera a que se retiren del mercado cientos de moléculas “extremadamente tóxicas, lo mismo que muchos pesticidas”, habría que informar, según Robin, a las mujeres embarazadas para que eviten todos los alimentos procedentes de la agricultura química o los productos transformados de la industria agroalimentaria, o los cosméticos no biológicos (en particular los desodorantes).
¿Qué podemos hacer para liberarnos de esta contaminación química?: Robin lo tiene claro, fomentar una transición generalizada a la agricultura biológica”. “Hay que comer productos bio, y sobre todo los niños más pequeños”, concluye.
Fuente: http://www.lavanguardia.com/salud/20120502/54287631645/desvelado-en-un-libro-veneno-que-comemos.html
Historial de la Escritora…..
El nuevo libro de la periodista Marie-Monique Robin, se llama “Notre poison quotidien: comment l’industrie chimique empoisonne notre assiette” (Nuestro veneno cotidiano: cómo la industria química envenena nuestro plato). El título, que vagamente recuerda al ya clásico en estos temas “Nuestro futuro robado” de Colborn, Dumanoski y Myers, es un guiño -según su autora-, a la conocida frase de los Evangelios “Nuestro pan de cada día” (Notre pain quotidien).
Según lo que se desprende del blog de la autora, en “Nuestro veneno cotidiano” Marie-Monique Robin se hace varias preguntas que centran su trabajo y que pueden resumirse en dos:
¿Cómo se examinan, evalúan y reglamentan los productos químicos que se introducen en nuestra cadena alimentaria, desde el huerto (pesticidas) hasta el plato (aditivos y plásticos alimentarios)?.
¿Hay relación entre la exposición a estas sustancias químicas y la actual “epidemia de enfermedades crónicas prevenibles” que la OMS ha constatado (ciertos tipos de cánceres, enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson, disfunción reproductiva, diabetes, obesidad), en especial en los países llamados “desarrollados”? (los términos entrecomillados -comenta la autora- son los utilizados por la OMS) [*].
El libro, además, explica el mal uso que se le ha venido dando a la célebre frase del médico, alquimista y astrólogo suizo del s. XVIParacelso para “evaluar toxicológicamente” con ella, los químicos sintéticos agregados a nuestra alimentación.
El “Nada es veneno, todo es veneno: sólo la dosis hace el veneno”, se hizo dogma central de la “ideología de la ingesta diaria aceptable” (en palabras de René Truhaut, según la autora), a pesar de su falta de validez para muchas sustancias químicas como los disruptores endocrinos, por ejemplo; y de que la frase ignore la interactuación entre estas así como el efecto acumulatorio de cada una de ellas.
Por otro lado, la frase exacta de Paracelso –comenta Marie-Monique Robin-, no es la que se ha popularizado en nuestros días, sino “Todo es veneno, nada es sin veneno. Sólo la dosis hace que una cosa no sea veneno” (Alle Ding sind Gift, und nichts ohn Gift; allein die Dosis macht, das ein Ding kein Gift ist).
La autora explica que la famosa “ingesta diaria admisible” y los “límites máximos de residuos de los venenos utilizados en la agricultura”, no existen.
[*] Nota de MI ESTRELLA DE MAR.- Este nuevo trabajo de Marie-Monique Robin (aunque ya de por sí en principio es altamente recomendable por la trayectoria profesional que avala a la autora, su temática y la larga labor de investigación; y aún sabiendo que la redacción de cualquier documento debe delimitar el radio de acción de su temática para poder trabajar dentro de unos límites eficaces sin caer en generalidades demagógicas), no pasa desapercibido que en el blog de la autora se comenta que la motivación del nuevo trabajo son las “enfermedades crónicas prevenibles constatadas por la OMS”.
Esto quizás indique que la sensibilidad química múltiple, aún siendo la enfermedad más directamente relacionada con los químicos sintéticos cotidianos, no se encuentre entre las patologías enumeradas e investigadas, dado que como sabéis la OMS de momento no reconoce la patología oficialmente como tal. Habrá que esperar a marzo.
BASE INVESTIGADORA DEL TRABAJO
Según palabras de Marie-Monique Robin, el trabajo se ha basado en la labor de investigación que ha realizado en seis países europeos (Francia, Italia, Alemania, Suiza, Gran Bretaña y Dinamarca), EEUU, Canadá, Chile e India.
Además, como labor preparatoria a sus viajes se documentó sobre el tema a través de un centenar de libros (la mayoría en inglés), además de informes, estudios científicos y reuniones con expertos de diversas disciplinas (toxicólogos, biólogos, representantes de agencias de reglamentación…).
También consultó los archivos de organismos internacionales como la OMS y la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) dependiente del primero.
CURRÍCULUM VÍTAE DE MARIE-MONIQUE ROBIN
La periodista freelance, ganadora del Albert Londres Prize en 1995 como “mejor periodista audiovisual” en Francia, es conocida por el gran público por su libro y película-documental “El mundo según Monsanto: de la dioxina a los OGM. Una multinacional que les desea lo mejor” (Le monde selon Monsanto), que publicó en 2008 con las conclusiones de la investigación y denuncia que realizó sobre la multinacional estadounidenseMonsanto, productor de herbicidas y líder mundial de semillas genéticamente modificadas (OGM, Organismos Genéticamente Modificados o transgénicos), de los que esta empresa tiene una cuota de mercado superior al 90%.
La película fue ampliamente difundida en Internet por colectivos alternativos, profesionales medioambientales y ONGs de todo el mundo, así como por la televisión franco-alemana ARTE France que lo llevó a cabo. Podéis verla completa, con subtítulos en español y en alta calidad, en MI ESTRELLA DE MAR pinchando aquí).
En España, a día de hoy hay editados dos libros de la autora: el comentado “El mundo según Monsanto”, por Ediciones Península (2010); y “Ladrones de órganos: un tráfico desgarrador” (Voleurs d’organes), por Flor de Viento Ediciones (1998).
BIBLIOGRAFÍA CLÁSICA EN TEMAS-DENUNCIA SOBRE QUÍMICOS SINTÉTICOS TÓXICOS Y SALUD
–Rachel Carson. Primavera silenciosa (Silent Spring. 1962). Editado en España por Editorial Crítica.
-Theo Colborn, Dianne Dumanoski y John Peterson Myers. Nuestro futuro robado: amenazan las sustancias químicas artificiales nuestra fertilidad, inteligencia y supervivencia (Our stolen future. 1996). Editado en España por Ecoespaña.
(basada en la traducción de MI ESTRELLA DE MAR de la información dada sobre el libro por el blog de Marie-Monique Robin, fundamentalmente)