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jueves, 20 de octubre de 2011
Todo es energía.
Cuando emitimos un pensamiento, un sentimiento o hablamos se desprende de nosotros una masa de energía. Esto es perfectamente comprobable, ya que, mediante máquinas muy sensibles se pueden fotografiar.
Todo está compuesto por átomos. El átomo tiene cargas positivas y negativas. Esto produce en él un movimiento oscilatorio, una vibración.
De ahí que la Ley de Vibración dice que, TODO VIBRA.
EN LA DIFERENCIA DE CANTIDAD DE MOVIMIENTOS POR MINUTO ESA LA CALIDAD DE LA ENERGíA.
La energía tiene color, sonido y vibración.
La energía más lenta es negativa y oscura, por eso, cuando vemos una persona o un lugar negativo decimos: " Qué denso es " o " Qué ser de poca luz".
La energía positiva es blanca y tiene una elevada frecuencia vibratoria, cuando nos referimos a ella generalmente la denominamos "Luz".
La ley de Polaridad dice que los opuestos son iguales, en Física veíamos que el frío y el calor eran lo mismo, sólo tenían diferente graduación.
Si analizamos una emisión de odio y otra de amor nos encontramos con que las dos masas de energía son iguales, sólo tienen diferente vibración, el odio es lento y el amor es rápido.
En una escala imaginaria de 1 a 1000: el odio vibraría a 1 vez por minuto y el amor a 1000 movimientos por minuto.
Teniendo en cuenta que las dos energías son iguales; si logramos aumentar la velocidad de la energía calificada como odio, la estaríamos haciendo pasar por diferentes estados hasta polarizarla hacia lo positivo y transformarla en amor.
Eso vamos a hacer con nuestros patrones mentales negativos:
POLARIZARLOS HACIA LO POSITIVO.
Supongamos que nosotros somos una masa de energía que está en la mitad de su camino de evolución.
De acuerdo a la escala imaginaria estaríamos vibrando naturalmente a 500 movimientos por minuto, entonces todo lo que se desprende de nosotros debe tener una velocidad acorde con la velocidad de quien emerge.
Por lo tanto, se supone que todo lo que se desprende de nosotros tiene una velocidad media, pero como tenemos patrones mentales negativos (es decir, más lentos) actuamos en nuestra velocidad natural hasta que alguien nos moviliza un patrón mental.
En ese momento bajamos nuestra vibración hasta la velocidad de ellos y actuamos en una forma inapropiada para nuestra evolución.
Nuestra tarea en principio va a ser llevar la vibración de nuestros patrones hasta la velocidad que le corresponde a nuestra evolución.
Luego las llevaremos al máximo y así ascenderemos nosotros. Para esto usaremos la Ley de Mentalismo, que dice: Si tú lo has pensado y tú lo has creído: tú lo has creado.
Todo lo que pensamos y creemos LO CREAMOS.
Si a un niño le decimos que es torpe, primero piensa que puede ser torpe, luego cree que lo es y a partir de allí CREA AL TORPE.
Veamos lentamente como funciona esta ley:
Cuando emitimos un pensamiento se desprende de nosotros una masa de energía que tiene una calificación, la que nosotros le dimos. Se dirige hacia donde nosotros la enviamos uniéndose por principio de ATRACCIóN con energía igualmente calificada y más allá del hecho de que pueda afectar a los demás o no, siempre, siempre esta energía por Ley de Causa y Efecto vuelve a nosotros. Y cuando vuelve trae todo el caudal energético necesario para que se cumpla lo que pensamos.
Por ejemplo:
Si pensamos que en un exámen nos va a ir mal, pensamos en la profesora, en la escuela, en la materia y en todo lo que rodea al exámen siempre con la idea de que nos va a ir mal. Por lo tanto, van a desprenderse masas de energía con esa calificación hacia todos los lugares donde la enviamos.
Después de hacer el recorrido como ya describimos vuelve a nosotros una gran masa de energía cuya calificación es un mensaje constante para que nos reprueben. Así vivimos boicoteando toda nuestra historia.
por Lic. Anacelis Castro
http://www.mantra.com.ar/