viernes, 4 de febrero de 2011

WIKIREBELS


Fuente: http://www.miraicrida.org/sala3.html

Investigación: Päivi Suhonen , Johannes Wahlström, Armin Turkanovic
Productores: Bosse Lindquist, Huor Jesper
Fotografía: Lars Granstrand, Sven Lindahl
Montaje: Michael Hallberg
Jefe de proyecto: Johan Branstad
Producción: SVT
País de producción: Suecia
Año: 2010
Duración: 57 min.

En menos de un año Wikileaks ha pasado de ser un sitio web en lugar oscuro a un actor político global, dando forma a la historia del mundo y los acontecimientos, al revelar documentos secretos sobre crimenes de guerra, la corrupción corporativa y las sombras de las relaciones políticas internacionales. Durante varios meses un equipo de la televisión sueca ha estado siguiendo la red de medios paralelos y su trabajo detrás de las pantallas. El resultado es un documental de una hora, que cuenta la historia detrás de la historia.

Los reporteros Jesper Huor y Bosse Lindquist de la televisión sueca ha viajado a varios países para conocer al personal de Wikileaks. Se han hecho varias entrevistas en profundidad con su enigmático editor jefe, Assange Julián, a quien algunos ven como un defensor de la libertad, otros como un espía y violador. Pero también se han reunido varias personas clave detrás de Wikileaks - los geeks y los periodistas. Además de los opositores Wikileaks .

Las ambiciones de Wikileaks son sin embargo más profundas y de mayor alcance que la exposición de la trapos varias corporaciones y estados. ¿Se trata de una conspiración para acabar con todas las conspiraciones?. Un pequeño grupo de personas, o más bien una subcultura, está luchando contra una guerra de la información desde servidores, cibercafés y casas particulares, contra los poderes establecidos. Una guerra en la que dos países pequeños, en los limites del norte de Europa - Islandia y Suecia - desempeñan un papel crucial.

Hoy, después del alto perfil de de seriedad de varias revelaciones acerca de los Estados Unidos, Wikileaks es una organización en peligro. Está aumentando la presión de los EE.UU., que podría responder con una acción legal, ataques cibernéticos o incluso ofertas de asesinato de líderes Wikileaks. La rebelión ha llevado al nacimiento de otra plataforma para las filtraciones, con sede en Alemania, Openleaks .

Wikileaks y el cártel de medios

El fenómeno Wikileaks ha acaparado numerosos análisis y reflexiones sobre el futuro de la información, internet y la participación ciudadana en la difusión de las noticias. El debate se ha limitado a quienes presentaban como un problema y una irresponsabilidad la distribución de información secreta y quienes defendían su libre circulación y apoyaban a Wikileaks. En mi opinión, se trata de una simplificación, y el modus operandi de Wikileaks ha demostrado que el asunto es más complejo. Una prueba de ello ha sido la forma en que ha difundido los 250.000 documentos que recogían comunicaciones de la diplomacia y la Administración central estadounidense. Quienes parecía que subvertían las formas de comunicación del siglo XXI optaron por ofrecer en exclusiva y de forma privilegiada la documentación a cinco grandes medios de comunicación mundial: The New York Times , The Guardian , Der Spiegel , Le Monde y El País . Días después de que las direcciones de estos periódicos los tuvieran en su poder, los ciudadanos seguimos sin poder acceder a los documentos en la web de Wikileaks.

Por su parte, los cinco diarios se organizan en un cártel y se coordinan. Según han reconocido, «hay un acuerdo sobre la publicación simultánea de los mismos documentos de relevancia internacional y las fechas de su difusión». Afirman que «tienen autonomía para decidir sobre la selección, valoración y publicación de las comunicaciones que afecten a sus países», es decir, a cinco países del bloque occidental; toda la información referente al resto del mundo está filtrada por ellos. «Únicamente serán publicados aquellos papeles que consideremos que no representan una amenaza para la seguridad de personas o de países», dicen. En concreto, El País reconoce que «ha decidido aceptar los compromisos a los que The New York Times llegue con el Departamento de Estado para evitar la difusión de determinados documentos».

La connivencia entre Wikileaks y el cártel de los cinco es absoluta. Desde su twitter, Wikileaks ya se remitía a ellos asumiendo que su página quedaría fuera de servicio. Y lo que anuncia en la red social son enlaces a las páginas de los periódicos.

No sé si el origen de Wikileaks es limpio y honesto, lo que sí parece claro es que se está convirtiendo en un sujeto domesticado. Hasta el primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, ha afirmado que los documentos dan la razón a su Gobierno en la valoración de la amenaza iraní.

No debemos descartar que, ante la pérdida de credibilidad de la información que hacen pública los gobiernos, se esté recurriendo a formas imaginativas que, bajo la aureola de espontaneidad, filantropía y mitificación de internet, no sean más que el mismo perro con distintos collares. Que, por ahora, la única iniciativa concreta contra el fundador de Wikileaks sea algo tan peregrino como acusarle de una violación, resulta bastante pintoresco.