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SIRENAS NUEVAS EVIDENCIAS
38:31 - 6 de Marzo de 2013
despertandosetvhttp://www.youtube.com/user/despertandosetv?feature=watch
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Manual para el
Nuevo Paradigma, mp3 ivoox Volumen I -- Volumen II -- Volumen III ********PDF I - - II - - III
. Es preciso empezar a aceptar como la verdadera realidad aquello que se contó como mito, aquello que ha
sido negado, y aquello que se ha pronosticado/profetizado como futuro inevitable. Se deben establecer nuevos cimientos como base para la nueva concepción de la humanidad como seres holísticos, independientes, cuya conciencia interior es el origen de su identidad. El proceso de cambiar la realidad partiendo del permiso a existir concedido desde una fuerza externa hasta la responsabilidad personal, no
es una transición fácil. Requiere repensar la mayoría de procesos de conciencia. El entrenamiento para pedir permiso para literalmente existir se inicia en los más tempranos estadios del desarrollo, y en estos momentos
está programado prácticamente en cada enfoque de la experiencia vital en curso. Una vez aceptada la verdad del engaño, el cambio de creencia se encuentra en la miríada de pequeñas decisiones cotidianas. Cada elección momentánea debe ser examinada al principio para determinar si está influida por el criterio personal interior, en relación a su conveniencia a la luz de los nuevos fundamentos de comprensión.............
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Los Elementales
http://www.ivoox.com/elementales-audios-mp3_rf_2484874_1.html
http://www.jorgeolguin.org/enigmas/los_elementales.htm
"Me
ha asombrado saber que hay personas que
nunca han visto un gnomo. No puedo dejar de sentir pena por ellos.
Estoy seguro de que deben tener algún
defecto en la vista".
Axel
Munthe
Aunque
son temas diferentes, así como hay testigos que han visualizado OVNIs, también
hay gente que ha visto distintos tipos de elementales. Generalmente vieron
hadas, gnomos y duendes.
Personalmente
conocí a una señora que dijo haber escuchado un zumbido estando semidormida y,
al abrir los ojos, encontrarse con un hadita minúscula que le tiraba un polvito
dorado en el brazo. Como estaba cerca, me llegué hasta su casa y le pedí que
me facilite una lupa para que le mire el brazo. Grande fue mi sorpresa al notar
un brillo dorado sobre su piel, similar al del maquillaje. Al observar los
detalles en la lupa, pude apreciar que las partículas eran como lingotes de oro
en miniatura. Instantes más tarde, al tratar de ver los lingotitos de
nuevo vi que se habían evanescido, como si nunca hubieran estado en el plano
físico.
En
otra oportunidad, un paciente me acercó una foto que se sacó en un lugar
campestre y a un costado se podía apreciar la figura de un pequeño duende,
pero la imagen no estaba muy nítida.
Quiero
dejar en claro que el mundo de los elementales de la naturaleza es tan real como
el de los ángeles y los espíritus. Sucede que en el primer caso, la mitología
y la tradición de cada pueblo en particular, fue desvirtuando el tema,
haciéndolo más fantasioso que verídico.
Los elementales son seres
conceptuales suprafísicos y, a diferencia de los espíritus, no encarnan. Pero
pueden hacer 'foco energético' para mostrarse con variadas formas físicas. Los
más comunes son los duendes, los gnomos y las hadas, pero NO SON seres físicos,
aunque a veces se dejen visualizar.
Las sirenas, tritones,
nereidas, orcos, djin, trolls, sátiros, faunos, ninfas y korred no pertenecen al
mundo suprafísico de los elementales. Por supuesto, tampoco los demonios.
Sencillamente fueron agregados a esta página como ilustración.
De
todas maneras voy a dar un pequeño repaso al detalle de cada uno de estos
interesantes seres, sin el ánimo de pretender que este modesto compendio se
transforme en una enciclopedia mitológica.
Jorge
Raúl Olguín.
Historia:
Aunque
estos seres muy poco se dejan ver, ya en su libro Sobre
la Naturaleza, decía Anaxágora, el filósofo griego del siglo V aC., que
había habitantes inteligentes similares a nosotros,
moradores de mundos paralelos al que conocemos pero con las mismas
características: ríos, viviendas, comidas, ciudades completas, etc. Y no solo
se citan en este libro, son muchos los textos antiguos donde se menciona de una
u otra forma a estos pequeños seres.
La
Cábala, habla del geniecillo que
vive bajo tierra y ayuda al rey Salomón en
la construcción del Templo de Jerusalén. Pero de una forma más
decidida, es el Talmud, “una compilación de comentarios sobre la ley
mosaica” en el cual se lee que tanto
animales como plantas están habitados por estas diminutas criaturas. Por
1040-1105 el ilustre comentador de la Biblia y el Talmud, Rabí Shlomo ben
Yitzjak mejor conocido por su nombre abreviado Rashi, le dio al conocido gnomo Shamir
la forma similar a la culebra.
Okuninushi,
uno de las deidades del Shinto japonés, tras muchas peripecias en su vida,
describe a un dios que montado sobre la corteza de árbol navega sobre la cresta
de una ola y viene en su ayuda. Es un enano llamado Sukuna-bikona,
el cual cabe en la palma de su mano, cuyo poder es tal, que entre ambos deciden
construir el mundo para bien de la humanidad, dedicándose primordialmente a
erradicar las enfermedades.
En
la mitología del Sudán, los kurumba hablan de del “genio del agua” y del
“genio de la tierra”, semejante a Domfé,
nomo de los dogones.
Nativos
de las costas de Guinea, y como parte integrante de la cultura yoruba,
aparecen los duendes güijes.
Las
mil y una noches, los cuentos de hadas, Blanca Nieves y los siete enanitos,
relatos que nos muestran invisibles seres feéricos, o gente minúscula.
Y
así, bajo innumerables nomenclaturas, relatos y anotaciones mitológicas,
aparece un contexto que se maneja en dimensiones diferentes a la que fácilmente
el hombre puede notar. Realidades de existencias diferentes, pero no menos
ciertas a veces explicadas como espejismos. Inaccesibles por invisibles mas jamás
irreales: ¡nos acompañan siempre!
Intangibles
a nuestros ojos tridimensionales, las hadas también forman también parte de la
gente menuda. Diferentes a la que imaginariamente se ha creado, conservan su
forma promovidas por el visionario Walt Disney, quien evito que cayeran en el
olvido. Amantes de los arroyos, etéricas, voladoras e idílicas, ostentan
capacidades extraordinarias, se deslizan por el viento creando pequeños
remolinos. Con el transcurrir de los tiempos cada grupo de estos seres se dedicó
a diversas actividades: unas cuidan los ríos, otras protegen las plantas, y se
dice que algunas minimizan los efectos de los terremotos.
Relativamente
moderno, ya que data del siglo XVI, y además tan sólo abarca a unos pocos
seres de la naturaleza, el término gnomo refiere
aquellos que la gente suele confundir con duendes. Pero fue el alquimista
Paracelso, quien a mediados del siglo XVI creó en su Tratado
sobre los elementales la palabra gnomo,
dándole forma al concepto que
señala a estos seres. Son muchas las variedades de ellos, pero a casi todos se
les reconoce por ser representados como minúsculos ancianos de luengas barbas.
Los
Elementales:
Los
Espíritus de la Naturaleza tienen por cuerpos formas de energía y no son
estrictamente físicos o materiales en la versión común del término, aunque
la energía es también una forma de materia y viceversa, y a diario nos muestra
sus efectos en el plano más denso de acción.
El hecho de que la llamada
"electricidad" sea energía y normalmente invisible, no quita que al
correr por la superficie de un cable metálico produzca fenómenos materiales
traducidos en movimiento de pesadas piezas de una máquina, que a la vez mueve o
traslada toneladas de materia. Y todos conocemos los fenómenos meteorológicos
que se traducen en rayos y relámpagos, centellas y "luces de San
Telmo". Por otra parte, la existencia de estados vibratorios intermedios
entre la energía invisible y la materia visible, hace que según se rebasan
estas fronteras, de "arriba" a "abajo", la posibilidad de
observación humana de los elementales se potencie, aún sin proponérselo. Pero
normalmente los Elementales tienen su parte más densa o "cuerpo" en
el Plano Energético, pudiendo en condiciones favorables ya citadas, reflejarse
hasta cierta corporeidad en las zonas etéricas que son mezcla y enlace entre lo
que podemos llamar energía - cuya característica es la carencia de forma
perceptible por nuestros sentidos - y la materia - cuyas características nos
son evidentes y fácilmente registrables. De ello podemos colegir que los
Elementales tienen como propiedad una vibración mucho más "veloz"
que la nuestra, siendo sus formas más inestables y dinámicas. Cuando esas
formas se lentifican es cuando se corporizan y su visión se vuelve más fácil,
bien por factores naturales que mencionamos anteriormente, o bien porque la
persona haga "foco", dejando su vista neutra y así pueda verlos.
Si dejamos la mente "abierta", pueden percibir cualquier síntoma de
agresividad y eso produce en ellos cierta inestabilidad en el plano físico y
los ahuyenta hacia sus "refugios" energéticos y a los juegos ópticos
propios de su extraordinario poder para disimularse en los mismos elementos en
que habitan.
Los Demonios.
En
los comienzos de esta creación, Dios se ocupó de enviar al principal
protagonista de esta escuela de superación interior. Su nombre era Luzbel,
un ángel que irradiaba tanta bondad que la Luz de su amor llenaba de éxtasis a
sus hermanos. Dios lo envió a tentar a los hombres y él no pudo negarse
al mandato divino. Trajo a una legión de 72 ángeles, a los cuales se les borró
la memoria para que pudieran llevar a cabo su misión sin titubeos. Así fue
como se transformaron en Demonios, habitando los ciclos de la Oscuridad (son
ciclos que interfieren en todos los planos de vibración).
Estos
demonios, en forma de tentaciones, dominan el cuerpo de deseos del ser humano y
también actúan acrecentando el ego en los espíritus del error.
(Fragmento del libro "El Cielo responde")
Los Demonios en la
mitología.
Existen
algunos
seres que aún se ocultan entre las sombras, esperando el momento
adecuado para salir, cuando el mundo se olvide de ellos...
Cuando nadie los recuerde ellos volverán a infundir el terror en las almas de
todos los que se hacen llamar humanos... Volverán para dejar salir todo el odio y resentimiento que han guardado durante
su larga espera, y cuando estén aquí, nadie podrá detenerlos...
La Demonología es el estudio de las cualidades y naturaleza de todos los
demonios, aunque muchos han llegado a creer que tiene algo que ver con el
satanismo, esto se produce por la escasa información que se tiene acerca de
este tema.
Los
demonios son entidades de bajo nivel, que interactúan
con el mundo físico. Se cree
universalmente que los demonios existen en variedades numerosas y que
pueden ser enteramente malos o capaces de ayudar en determinados
casos.
También
se dice que los demonios pueden ser convocados y controlados por adeptos
calificados, como sacerdotes, magos, hechiceros o chamanes.
Demonio
significa "lleno de sabiduría" y se deriva del griego
daimon que se traduce como "poder divino",
"destino" o "dios". Para los griegos, los
daimons eran espíritus mediadores, incluyendo aquellos de héroes
deificados entre la humanidad y
los dioses. Un daimon actuaba como un espíritu asesor.
Los
demonios han sido clasificados en varios sistemas en la religión y la
cultura occidental, desde por lo menos el año 100 al 400 de nuestra
era. El Testamento de Salomón, que data de este período, describe el
anillo mágico de Salomón que servía para comandar a los demonios
llamados Djinn y ofrece los nombres y funciones de varios demonios
hebreos, griegos, asirios, babilónicos, egipcios y quizás persas.
Durante los siglos XVI y XVII, los cristianos expertos en estudios de
demonología los catalogaron en varias jerarquías en el infierno y
les asignaban atributos y deberes, incluyendo los de embajadas en
diversas naciones terrestres.
La jerarquía más compleja fue diseñada
por Johann Weyer, quien calculó que había 7.405.926 demonios
menores, sirviendo a 72 demonios principales que, a su vez, colaboraban con
Lúcifer.
Mucha
de la sabiduría popular acerca de los demonios tiene que ver con las
relaciones sexuales entre demonios y seres humanos. Los demonios con
tales apetitos se encuentran en las demonologías de los antiguos
hebreos, egipcios, griegos, romanos, asirios, persas y de otras
culturas.
La
demonología judaica es compleja y se deriva de fuentes hebreas,
cristianas, árabes, germánicas y eslavas. Las obras kabbalísticas
contienen concepciones contradictorias. El Zohar sigue una leyenda
talmúdica del origen de ciertos demonios como el producto de
relaciones sexuales entre humanos y fuerzas demoníacas: cada polución
de semen resultaba en demonios. Otros demonios, como Lilith, fueron
creados como espíritus sin cuerpo, durante los seis días de la
Creación, especialmente en el ocaso de la víspera del sábado; también
se decía que copulaban con humanos. Otros escritos kabbalísticos hablan de demonios creados del fuego y
el aire. Hay demonios que, junto a los
ángeles, están a cargo de las horas nocturnas y de la interpretación
de enfermedades, y existen algunos que poseen sellos que deben ser
usados para conjurarlos. En el cristianismo, el concepto de los
demonios se asocia sólo con el mal. Incluye a los ángeles que
echaron su suerte con Lucifer y que con él fueron arrojados fuera del
cielo, así como a los dioses paganos, convertidos en demonios por la
Iglesia.
Como
agentes del mal, los demonios se dedican a conducir a los
seres humanos por el mal camino, a atormentarlos, a atacarlos
sexualmente, y en algunos casos, a poseerlos. Antes del
siglo XII, no se consideraba posible el acto sexual con los
demonios, pero la creencia se convirtió en dogma en el
siglo XIV. Se decía que había demonios en forma de hombres
(íncubos) que acosaban a las mujeres, mientras que otros en
forma de mujeres (súcubos) acosaban a los hombres. Durante
la Inquisición, los herejes que eventualmente
incluyeron a las brujas fueron acusados de mantener
orgías sexuales con los demonios. Se representaba el acto
sexual como desagradable y doloroso, aunque según la
Iglesia (que tenía un concepto bajo de la mujer, como ser débil
y con inclinaciones inmorales) algunas mujeres disfrutaban
de la cópula con demonios.
Los Djin o Yinn.
Al
entrar en el tema debemos vencer antes que nada un prejuicio racionalista o
materialista. De algún modo el mundo actual está acostumbrado al materialismo
y aún cuando la persona no lo sostenga dogmáticamente, el materialismo surge
instintivamente al intentar abordar sin prejuicios un tema de la naturaleza de
los Elementales. Los prejuicios consisten en el estrechamiento del mundo que en
la actualidad experimentamos, es un mundo escépticamente humano, es decir, sólo
para humanos. No se cree que exista ningún otro ser racional, voluntario, además
del humano. Cabe agregar que no siempre fue así, aunque lo parezca. De alguna
manera en la historia de todos los pueblos de la humanidad, siempre se creyó
que había un amplio espectro de seres que convivían con los hombres.
En
la actualidad se ha borrado una dimensión de la naturaleza, una dimensión cósmica,
que constituye un mundo paralelo al mundo humano, muy parecido a este. Tenemos
una imagen humanista del cosmos. Si pensamos en otros mundos, los pensamos bajo
la especie humana; podemos imaginar algunos seres distintos, poniéndoles
cuernos o pelos, pero en definitiva son seres como los humanos los que
imaginamos en otros mundos espaciales. Es decir, este es un concepto
cerradamente humanista.
Los
pueblos primitivos, cuanto más atrás vamos en la historia, dan testimonio de
lo contrario. O sea, de que hay una variedad de seres que conviven con el hombre
en su mundo. Dice un autor árabe: “La existencia de los Yinn o Djin (genios)
está apoyada en la Tradición de los Profetas".
La
mitología primitiva, todos los pueblos han creído en otros seres vivientes, más
o menos racionales como nosotros, de características similares a los humanos,
con conciencia, voluntad, etc. Por otra parte, podemos encontrar en cualquier
diccionario términos como “genio”, definidos como “seres concebidos por
diversos pueblos que no mantenían relaciones entre sí, como vinculados a los
elementos y a las fuerzas de la naturaleza”. Inclusive se han llamado
“genios” o “espíritus” a los ángeles. Sabemos también que muchos
pueblos sin vínculos entre sí, concibieron que además hay “ogros” (del
latín “orfus”, “dios del infierno”), que concebían, sobre todo en
Europa y en Medio Oriente, como un gigante que comía carne humana. Sabemos que
otros pueblos han creído en gnomos (que deriva del griego “conocer” o
“conocedores”) y que, según los cabalistas, son “genios de la tierra”,
idea que se ha transformado a través del tiempo, en otros pueblos, en “enanos
guardianes de las minas de piedras preciosas o de metales preciosos”. Sabemos
que algunos pueblos han concebido que hay silfos (del latín “silfios”), que
significa “genios” entre los galos, o “espíritus elementales” que viven
en el aire, según los cabalistas.
También
se han mencionado a las hadas, seres fantásticos en forma de mujer a los cuales
se atribuían poderes mágicos y de adivinación. En Europa recibieron el
conocimiento de las hadas a través de los árabes en España, que lo trajeron
de los persas; y se conocen varios personajes a los que se mencionan como
“hadas” en la tradición europea, como Viviana, Melusina, la dama blanca,
Morgana, etc.. También se creía en seres que se conocen como “duendes” o
“trasgos”, espíritus que popularmente se cree que causan travesuras en las
casas, hacen ruidos extraños, provocan caídas de cosas, estruendos, etc. En la
tradición griega encontramos a los cíclopes (palabra que viene de “círculo”
y “ojo”, “ojo circular”) que fueron concebidos por la mitología griega
como gigantes monstruosos que tenían un solo ojo en el medio de la frente, y
fabricaban rayos para Júpiter en las fraguas de Vulcano, que estaba bajo el
monte Etna, y que se los concebía como hijos del Cielo y de la Tierra.
Recordemos a los titanes que son aquellos seres extraordinarios, gigantescos,
que se rebelan contra Zeus, según la fábula, y trataron de tomar el Cielo por
asalto. El sátiro, semi-hombre y semi-cabra, monstruo o semidiós adorado por
cultos satánicos, y que aparece en un medio selvático. Recordemos por último
a Lilith, de origen babilónico, que aparece en el Antiguo Testamento, y es
creencia constante entre los abrahámicos, sobre todo entre los judíos. Es un
monstruo femenino nocturno que habita en los desiertos y ruinas, y tiene que ver
con la palabra árabe, aramea y hebrea “laila”, es decir “noche”.
Encontramos
también que el Antiguo Testamento documenta la mención de demonios obedientes
a El Shaytán, en hebreo “shidim”, o, según Isaías, “shi’irim,
que quiere decir “oscuros”. Encontramos en dicho texto a machos cabríos, y
a la misma Lilith que mencionamos antes. Por lo general el Antiguo Testamento
menciona a los demonios, genios o seres fantásticos, etc., como destructores y
promotores de la peste, la enfermedad, y como medios del castigo divino. En el
Deuteronomio 32:17 dice que los pecadores “sacrifican a los demonios”. En
los Salmos 15:37 dice que los pecadores o impíos sacrifican a sus hijos y a sus
hijas a demonios. En Isaías 13:21, después de la destrucción de Babilonia,
dice “los sátiros brindarán allí”, sobre las ruinas de Babilonia, y en el
mismo Isaías 34:12 a 14, al profetizar contra Edom dice: “Y los sátiros
habitarán en ella, y un sátiro llamará a otro, y también allí reposará Lilit”.
Otras
de las cuestiones (si es que nosotros optamos por confirmar la existencia de los
genios, o al menos la posibilidad de estos seres) es que hay unanimidad de que
no son vistos por los medios habituales, por la visión directa, es decir, no
están dentro del campo de nuestros sentidos. Respecto de la sutilidad de sus
cuerpos dice un autor antiguo que los Yinn no pueden ser percibidos “por lo
fino y sutil de sus cuerpos, y debido a la incidencia de los rayos de luz en
ellos”. Es decir, los rayos de luz que ellos pueden
reflejar, no están dentro de la frecuencia que nosotros captamos con la visión.
Y refiriéndose a autores más antiguos que él agrega: “Hay quienes
sostuvieron que no se ven porque no poseen color” . entonces, tenemos dos
datos interesantes: por un lado, son de una “sustancia” muy sutil; por el
otro, según algunos, no reflejan el color (que es lo mismo que decir que los
rayos de luz al reflejarse en ellos, no están dentro de la frecuencia de
nuestra visión).
Se
les ha dado en el Islam el nombre árabe de Yinn, que proviene del verbo yann,
que quiere decir “cubrir”, “oscurecer”, u “ocultar”, etc. Se dice
“yanna al-lail”, “se ensombreció u ocultó en la noche”.
En
cuanto a su naturaleza corporal tienen varias características. Se pueden
presentar ante los seres humanos con un aspecto aterrador y así lo hacen
generalmente. Pero en realidad son sutiles, como ya hemos dicho, de una materia
o sustancia mucho más fina que la materia y la sustancia que nosotros podemos
captar con nuestros sentidos. Para dar una idea de cómo son ellos, podemos
considerar los vientos. Nosotros no vemos el viento ni lo podemos palpar, pero
lo sentimos cuando sopla, y sólo lo podemos ver cuando el viento levanta una
polvareda. Entonces podemos observar hasta la “forma” del viento, para dónde
sopla, qué intensidad tiene, etc. Esto nos sugiere también que los Yinn o
genios se pueden materializar. Y así como al viento lo observamos cuando
levanta polvo, así también vemos a los Yinn cuando se materializan.
Habíamos
mencionado también su incoloridad, o comportamiento incoloro, porque
posiblemente los perjudica el color. Si ustedes recuerdan cómo se describen los
fantasmas, de un tipo grisáceo, apagado, etc., se van a dar cuenta de lo que se
trata.
Ya
hemos mencionado la imperceptibilidad de nuestra parte y la percepción que
ellos tienen de nosotros, pero no hemos mencionado la percepción de ellos entre
sí. Lógicamente, los Yinn tienen capacidad para percibir su mundo y percibir a
los demás seres parecidos a ellos.
La conclusión es que
son seres como nosotros, que viven en una dimensión especial desde la cual nos
perciben sin que nosotros los podamos percibir, y que pueden materializarse en
nuestra dimensión. Hay entre ellos categorías, como las hay entre nosotros, de
diferentes tipos o especies, “razas” si se quiere: así como nosotros
tenemos el blanco, el negro y el amarillo, ellos tienen sus diferencias. Y también
hay diferencias espirituales: hay seres entre ellos que se dedican al bien.
Tenemos en occidente narraciones de hadas a las que se les atribuye siempre el
bien; como narraciones de gnomos buenos, por ejemplo en “Blancanieves y los
siete enanitos”, siete gnomos buenos. Y tenemos narraciones de ogros, de
titanes, de cíclopes que son malignos; si el cíclope se alía al hombre, no es
para el bien de éste. Tenemos narraciones de duendes que molestan en las casas,
que hacen ruidos, etc.
No
todos los genios por lo tanto entran en un mismo molde. Nosotros no hablamos
solamente de los demonios, hablamos en general de todo tipo de seres que más
allá de nuestra sensibilidad influyen en este mundo, pero cuya influencia puede
ser neutralizada por el hombre que conoce cómo manejarse espiritualmente, y
puede ser transformada para el bien, tanto de ellos como de nosotros. O el ser
humano puede, por el contrario, buscando hacer el mal, el daño, etc., utilizar
la influencia de esos seres sutiles para lograr un objetivo maligno, que tanto
perjudican a ellos como al mismo ser humano que lo realiza. Vimos que hay seres
que tienen a su servicio determinados genios y hubo en la historia de la
Humanidad muchos magos, seres que realizaban determinados fenómenos, que
utilizaban un genio y le daban un nombre determinado. Recuerden que Sócrates
en los diálogos de Platón habla de su “Daimón”, demonio, que era un
ser benigno, además de profundamente sabio, porque le comunicaba un saber
extraordinarios.
Como
comentario agrego que en Grecia se acabará produciendo una progresiva evolución
del concepto del daimón primitivo. Tal evolución llevará a identificar
tal daimón con el genio que cada persona, a nivel individual, parece
poseer. En este contexto, uno puede hablar de mi daimón como sinónimo
de mi carácter propio y distinto del de los demás. El Daimón comienza,
por lo tanto, a identificarse con el genio que cada uno de nosotros lleva
dentro. El carácter es el daimón del hombre, señalaba Heráclito, y
como tal, puede ser bueno o malo. Según Demócrito, el alma es la residencia
del genio, del destino, bien feliz o bien infeliz. Platón, en el Timeo,
siguiendo esta misma línea, afirmaba que el daimón, que habita dentro de cada
uno, es la facultad suprema y directiva de su ánimo.
Gnomos:
Denominación extraída del griego, genomos, o "el que vive dentro de la
tierra". La variedad de estos Espíritus elementales es, como en todos los
demás, tan grande que abarca desde ciertos seres con aspecto atemorizante hasta
los pequeños enanos que refleja el folklore de todos los pueblos. De los
primeros podemos decir que están en continuo movimiento, en expansión y
retracción, pudiendo alcanzar grandes tamaños. Los segundos, de aspecto
humanoide, no suelen levantar del suelo más de un par de palmos.
Estos últimos son los más
conocidos: enanos u hombrecillos, bondadosos y crueles como los niños. Carecen
de toda conciencia ética y no podríamos decir de ellos que sean
"buenos" o "malos".
Traviesos por naturaleza,
gustan burlarse de quienes los buscan torpemente y son, en cambio, sumisos
servidores de los verdaderos Magos. El aspecto suele aparentar una edad
madura, aunque no representan lo que nosotros llamamos "edad", pues
los espíritus de la naturaleza viven hasta su fusión con el Creador, cuando se
colapse el Universo. Sus apariencias son siempre las mismas.
Salvo la cabeza, grande en
relación al cuerpo como en el caso de los enanos humanos, son bien
proporcionados.
Al corporizarse van siempre
vestidos y parece ser que, sobre un "patrón" de ropa a la manera
campesina, copian las modas humanas que les son contemporáneas en el siglo que
habiten. Aunque algunos visten prendas de siglos anteriores y no existe
apariencia de desgaste en dichas ropas, aunque no dan la sensación de ser
nuevas sino arrugadas y ajadas como si fuesen muy viejas, pero indestructibles.
Siendo para ellos la tierra sólida el ámbito en el que se mueven, como para
los humanos lo es el aire, no encuentran resistencia en las más duras rocas,
pues se vuelven sutiles al atravesar objetos sólidos. Aun en los mayores grados
de materialización, obtenidos tan sólo en condiciones especiales y en lugares
no frecuentados por los humanos, no emiten sonidos.
Huyen de la claridad del
día y se refugian en la oscuridad de la noche.
Los hay no mayores que la
altura de un puño, no más altos que un pulgar, como dicen los cuentos para niños.
Estos son muy difíciles de percibir por los adultos, aunque ellos han de creer
todo lo contrario, pues en presencia o cercanía de los humanos, se
"esconden" tras las cosas, en los rincones menos iluminados o,
aprovechando su poder de pasar a través de la materia, en los cajones de los
muebles que no han sido abiertos en mucho tiempo. Gustan de la cercanía de los
niños y les sugieren lugares y posiciones para sus juguetes, bailes y cantos,
rondas y juegos de escondrijos. Traviesos, hacen encantamientos psíquicos que
evitan a los adultos el hallar pequeñas cosas como ser lapiceros, gafas,
agujas, clavos. Retirado el "velo", se divierten viendo cómo se
encuentran las cosas perdidas, a veces en lugares distintos a los que estaban,
lo que presupone en ellos una cierta posibilidad de traslación, aunque es mucho
más corriente que sus propios encantamientos, unidos a los desconciertos,
angustias y apuros que provocan sus travesuras en los humanos, hagan que sean
las mismas personas las que lleven el objeto en la mano y lo coloquen en otras
partes sin ser concientes de ello.
La tradición cuenta que
tienen algo en su anatomía diferente a la de los humanos: las puntas de las
orejas, lo que los emparenta con otro tipo de elementales de los bosques que
luego fueron llamados Silvanos. El típico gorro de Hermes servía para ocultar
esta anormalidad, que muchas veces fue relacionada con el Mito del Rey con
orejas de burro y dotado de poderes parapsicológicos, como Midas.
Los Gnomos u hombrecillos
pueden, si lo desean, trasladarse con enorme velocidad y estar casi instantáneamente
donde quieren estar.
Poseen mediana inteligencia. Al igual que los espíritus, son "trazos"
de luz. Cuando se dejan ver por los seres encarnados, reitero que muestran apariencia de
viejos enanitos y son muy graciosos. Con un método de transustanciación,
pueden llegar a materializarse, pero el tiempo que pasan en este plano lo hacen
alejados del ser humano, ya que no les resulta fácil adaptarse a la frecuencia
de sonidos que nosotros manejamos. Estando en el plano físico son vulnerables a
los ruidos de las ciudades y por eso habitan en los bosques. Son muy similares
en conductas a las criaturas humanas, ya que suelen ser muy traviesos.
Elfos:
Habitan la zona de bosques y montañas. Son un poco egocéntricos, pues cuando
se corporizan se deslumbran con su porte y modelan sus propios cuerpos de
acuerdo al poder energético adquirido, y es un orgullo para ellos el grado de
hermosura que creen haber logrado, ya que esto lo consideran un producto de su
trabajo en el plano físico.
Su
mismo egocentrismo los puede transformar en seres
tristes, con
baja estima. Pueden ser dominados por su ego y convertirse en vengativos
o bromistas, dependiendo de
las circunstancias.
Por eso también se los considera
polifacéticos,
como la propia Naturaleza.
En el plano físico pueden tomar multitud
de formas, apareciendo como bellezas iridiscentes o como ancianos deformados,
con expresiones ensoñadoras o de rostro cruel.
GENERALIDADES
DE LOS ELFOS
Todos
estos seres son muy antiguos, algunos son pequeños y horribles. Cuando están
de pie sus brazos llegan más abajo de las rodillas. Son de abundantes y enmarañadas
cabelleras. Poseen un talento especial para la maldad, aunque también existen
Elfos bienhechores. Les encantan las raíces de los alerces. No aman la lluvia,
pero sí la tempestad. Sus orejas son puntiagudas y sus piernas como de alambre.
Los
Elfos son grandes seres mágicos y se dividen en dos grandes categorías:
-
Los
Ljsalfar, o Elfos de la luz
-
Los
Dopkalfar, o Elfos de la oscuridad
ELFOS
DE LA LUZ
La mitología dice que dominan
el cambio de apariencia, poseen una belleza etérea, constituyen unos de los
Elfos de mejor disposición. Son de imagen transparente y con tonalidades de
azules. Existen otros Elfos de la luz que poseen la habilidad de desplazarse
sobre el fuego o por el interior de la madera y la piedra, son los llamados Ellefolk.
Se comenta que poseen el don de ver el porvenir, además del don de cantar y componer una música
fascinante y embriagante.
ELFOS
DE LA OSCURIDAD
Al
igual que las langostas construyen sus hogares en la tierra, muchas veces se los
encuentra en las casas, donde prefieren los rincones oscuros y solo aparecen de
noche. Los hay de color gris, pardo, rojo y negro. Si en una casa hay cerraduras
sin llave o pequeñas grietas en la madera los Elfos entraran, por esos pequeños
resquicios. Tiene muchos nombres, como Cauchemar, Qaalruter, Nachtmannle.
ELFOS
DE LA PENUMBRA
Son
los más numerosos se los encuentra en los árboles, plantas, en los arroyos o
estanques. Son muy precavidos y se protegen de las ingerencias de los extraños.
Hay
Elfos Oscuros, como los Moros, Mouros, Mairuk, Lamiñak... seres de tez negra
constructores de dólmenes y habitantes de cuevas. O los Minairons o Mainarons,
duendes de las minas para algunos, o los Follets de las Cuevas, o los Gnomos del
Moncayo. O tantos y tantos seres sin nombre, agrupados bajo los genéricos de
enanos, que abundan en todas las tradiciones populares y cuentos españoles.
Duendes:
Duende
es un término con un contenido tan amplio que parece imposible definir
claramente a qué seres se refiere. En español, la palabra adquiere una
polisemia similar al término inglés "fairie". Es posible que el ámbito
que ambos vocablos describen sea el mismo: el mundo habitado por seres de todo
tipo surgidos de la fantasía, protagonistas de cuentos y tradiciones populares,
personajes traviesos, buenos y malos, que intervienen en la vida de los humanos
con sus pesadas bromas, sus presencias misteriosas. La mitología los hace conocedores de tesoros
ocultos y de encantamientos mágicos.
Quizá
el único carácter común a todos ellos sea el pertenecer al género masculino,
por contraposición a las hadas. La palabra duende sirve tanto para describir a
un elfo o un gnomo habitante del interior de las cuevas, cavador y oscuro, como
a un diablillo familiar, minúsculo y volador, pero dotado de grandes poderes.
Normalmente,
los duendes en el mundo hispano se caracterizan por su afición a convivir con
los humanos. Ahora bien, eso sólo sucede -o más bien sucedía- en lugares rústicos
y algo aislados, en pequeñas aldeas y pueblos, granjas y cabañas. Los duendes
que han pasado a la historia por aparecer en relatos de tradición oral, en
cuentos e "historias de viejas", eligen vivir en rincones escondidos
de las casas, normalmente las bodegas, las cuadras o el desván.
En
el Pirineo aragonés, por ejemplo, todos los duendes domésticos tienen su hogar
en las llamadas "falsas", espacios situados bajo los tejados de las
casas servían para acumular todos aquellos trastos que no se usaban, pero que
no se querían tirar. Eran morada de palomas, y de una estación a otra, servían
de almacén para determinados utensilios. Pero era también un lugar mágico,
donde las ancianas ponían a secar sus plantas medicinales. Entre ellas, no
faltaba la ruda que, al moverse, avisaba de la presencia de seres malignos,
bruxas, diaples o duendes. Así mismo, la piel de una serpiente colgando de una
viga protegía toda la casa que quedaba abajo.
En
realidad, la palabra duende suele ser utilizada la mayor parte de las veces para
designar a los duendes domésticos. El diccionario dice que procede de una
contracción de los términos "Duen de casa", "Dueño de
casa". Entre sus bromas se encuentran las de hacer desaparecer cosas o
cambiarlas de sitio, los ruidos extraños, el fuego que se apaga o se enciende,
risas estentóreas, apedrear muebles...
No
coinciden las descripciones de los duendes acerca de un tamaño concreto, pero sí
que estamos todos de acuerdo en que no es alto, más bien su tamaño es el de un
"niño pequeño". El mismo diccionario de la Real Academia Española
de la Lengua señala que el duende "aparece con figura de anciano y de niño
en las narraciones tradicionales". En muchos otros casos, se diferencia
entre el aspecto de niño y la cara arrugada, como de un viejo, que tiene el
duende.
Ahora
bien, también se define como un duende el ratón colorado de Murcia, o los
duendes con apariencia de frailes, abundantes en la literatura del siglo de oro
español, y reconocibles en los grabados de los Caprichos de Francisco de Goya.
Durante mucho tiempo, en España se describieron los duendes de manera similar a
pequeños diablillos con rabo y cuernos en la frente.
Duendes
eran también, los llamados Diablillos Familiares o Espíritus Familiares, unos
seres diminutos que servían a grandes magos y brujos, y que solían guardarse
en ampollas de vidrio, en la empuñadora de la espada o en canutos. En
ocasiones, se les ha descrito bajo la apariencia de moscas o mosquitos
voladores. A una orden de su dueño, los diablillos o diaplerons salían
zumbando del recipiente para cumplir su cometido en muy poco tiempo, ya fuera éste
construir un edificio o segar todo un campo de cereal.
Otro
tipo de duende es el llamado Follet en Aragón, Cataluña, Mallorca y algunos
lugares de Italia. Tiene que ver con la rapidez, algo huidizo que a veces se sitúa
entre las crines de los caballos y los lleva alocados al galope. Otras veces se
describe al Follet con la imagen tradicional del gnomo con barba blanca y gorro
rojo.
Dos
tipos de duendes cántabros tienen también sus características particulares:
los tentirujos y los trentis, siendo los primeros descritos como viejecillos con
grandes orejas y boinas rojas, y los segundos, de vida silvestre, ojos verdes y
piel cubierta de musgo.
Sílfides:
Se cree que las
sílfides son semihumanas voladoras de gran belleza. Están emparentadas con las
dríadas y las ninfas.
Físicamente, una sílfide tiene la apariencia de una elfa o una humana, muy
bella y de rasgos delicados. Tiene alas de libélula y son transparentes o con
manchas iridiscentes. Sus cabellos son largos y del color típico de una humana,
aunque también pueden ser azules, verdes o violetas.
Son seres neutrales, de carácter amigable. Mantienen el aspecto juvenil durante
toda su vida. Hablan en un lenguaje musical, propio de los seres mágicos con
los que están emparentadas.
Las sílfides habitan en las alturas, ya sea en las montañas o en las copas de
altos árboles. Rara vez se las ve en tierra firme, pero quienes las han avistado
afirman que construyen sus nidos
individuales en las laderas de las montañas, o tallados en los árboles.
Una sílfide tiene capacidad de levitar innatamente. Su ágil vuelo es
comparable al de pocos seres. Puede volar y moverse libremente, las alas sólo
le sirven para coger impulso. Sin embargo, esta capacidad de levitar es de carácter
mágico. Si se les lanza un conjuro anti magia no pueden volar.
Las sílfides tienen otras muchas habilidades mágicas, como la de hacerse
visible o invisible a voluntad, y la de invocar elementales del aire.
Se dice que las sílfides pueden tener descendencia con humanos o elfos,
obviamente todo eso es leyenda.
Una vez que la sílfide
deposita un único huevo perlino, invoca a un elemental del aire para que
proteja y dé calor al huevo hasta el momento de su eclosión. Las pequeñas sílfides
tienen el aspecto de una niña humana, pero con dos pequeñas alitas. Estas
pequeñas sílfides pueden alcanzar el ágil vuelo a partir de los 10 años de
estar materializadas.
Salamandras:
Llamadas hadas del fuego, pues dirigen a este elemento. Son conocidas también
como Farisilles o Shallones.
Hay diversas categorías de Salamandras: Farrallis,
que son los que elaboran los planes de trabajo. Aspiretes, que ejecutan los
proyectos de los Farrallis. Hiarrus, que supervisan las tareas de los dos
primeros, y Ra-Arus, que gobiernan el mundo del fuego.
Ondinas:
Se las considera las hadas de los ríos y junto con los Wallanos, habitan en los
diversos cursos de agua.
Nereidas:
También llamadas Nerenes o Ensines, son las hadas de los mares.
Silfos:
Son las hadas del aire, llamadas también Wallotes o Arienes. Se dice que
controlan los vientos y frenan las tempestades que producen otros elementales de
muy baja frecuencia.
Otros
Silfos son los llamados Céfiros y, al igual que las Wallotes, también son los
elementales del aire. Son espíritus que tienen su reino en los vientos, brisas,
ráfagas, remolinos, etc. Cada uno es distinto según su manifestación. Adoptan
formas muy extrañas y están presentes constantemente, aún en los días en que
parece que no se mueve ni una sola gota de aire.
El
carácter de ellos, por lo general es muy amigable, salvo en determinadas horas
en que los jefes de los aires toman el mando y pueden provocar grandes catástrofes.
Son muy cambiantes y la amistad con ellos evitaría muchos problemas.
Estos elementales están presentes en todo el globo y en los últimos años es
posible que se encuentren enojados, pues las acciones humanas han perjudicado
bastante el clima del planeta, transfiriendo problemas a otras dimensiones o liberando fuerzas
que ellos mismos no sabían que podían utilizar. Esto es igual en los otros
reinos, tanto en las aguas, como en el fuego y la tierra.
Los
silfos son elementales bastante difíciles de captar a simple vista, pues se
mueven a grandes velocidades por la inmensidad del aura planetaria. Su
vibración es muy sutil y la facultad de percibírseles reside no solamente en
la rapidez de sus movimientos, sino también en el frecuente cambio de forma que
adoptan en el aire.
No
nos olvidemos que los elementales son "trazos de energía supra
lumínica" y se presentan ante nosotros adoptando una forma ilusoria.
Los Céfiros son la forma más sutil de la familia de los silfos y siempre ha
sido la inspiración de infinidad de poesías. También son parte de la
mitología y están relacionados con el nacimiento de Afrodita, pues cuando la
llamada diosa del amor es engendrada por Hera y Zeus, los Céfiros envuelven a
Afrodita con brisas marinas y la transportan primero a Citera y luego a Chipre,
donde las Horas la vistieron y la guiaron a la morada de los Inmortales.
Se
comenta también que cuando los Céfiros crean los vientos que llevan su nombre,
lo hacen en función de envolver con su aire el corazón de los enamorados y
así fortificar su amor.
Hadas:
Las Hadas son los Elementales más evolucionados. Cuando se materializan
en el mundo físico no lo hacen por mucho tiempo, pues las frecuencias densas
del mismo las incomoda.
Se dice que su labor es una de las más importantes en el plano físico, pues
trabajan en la composición cromática, que es darle color a los elementos del
plano físico. Ya hemos dicho en varios artículos que la materia es energía
condensada y esa energía tiene color, sonido y vibración, que se diferencian
en cada elemento.
El aura que rodea a nuestro cuerpo físico también posee un color y una
vibración determinada.
Cada color áurico representa un estado de ánimo y cada sonido puede alterar a
favor o en contra ese estado.
Las hadas colaboran con el hombre trabajando sobre sus proyecciones mentales,
tratando de elevar en forma sutil el pensamiento de cada ser humano.
Se presentan a los ojos de cada persona como pequeños seres alados con forma
humana femenina.
La frecuencia vibratoria de las hadas es altísima, solo comparable a la de los
ángeles.
Tipos
de Hadas:
No se
podrían enumerar todas las clases de hadas que viajan y pululan por todos los
bosques de todo el mundo, ni siquiera, por nuestro entorno. Aunque lo que sí se
puede es diferenciar algunos tipos fácilmente reconocibles. Entre ellos:
Damas
Blancas: Suelen localizarse en Europa,
y más concretamente en Alemania y países de alrededor. Con todo ello, se dice
que revolotean por los castillos o en arbustos que consideran sagrados.
Las
Damas Blancas se podrían considerar como las más selectas de todas,
representando los ideales y las virtudes. Esta tipología es reconocible porque
suelen vestir con atuendos blancos que denotan la pureza de sus espíritus y sus
intenciones que suelen ser tremendamente bondadosas.
Se dice
que esta familia de hadas suele ayudar a toda persona que se pierda en un camino.
Damas
Verdes:
Personifican las fuerzas de la naturaleza y se dice que debido al viento, se han
ido convirtiendo cada vez en más etéreas; su residencia se localiza en bosques
especialmente frondosos, prados o incluso terrenos desérticos dentro de
castillos de cristal, hielo o coral. Las damas verdes recibieron ese nombre
debido al color del que iban ataviadas sus vestimentas.
Algunas
tradiciones comentan que anteriormente fueron dañinas para el hombre, pero que
con el tiempo y la convivencia aprendieron a adaptarse llegando a convivir con
él y facilitándole la vida.
Dríadas:
Son las hadas que se localizan en los bosques y se predispone que su vida gira
en torno al tiempo de vida del árbol en el que residen. Siendo hermosas, frágiles
y considerándose como las Ninfas de los bosques, en innumerables ocasiones se
ha dicho de ellas que reflejan rayos de color dorado en sus ojos, cuando se
aparecen a los seres humanos.
Las Dríadas
suelen cantar, aunque sus cantos se suelen confundir con el ruido que provoca el
viento al agitar las hojas.
Mano
Blanca: Son las hadas más peligrosas que se conocen pues su
relación con el hombre puede resultar mortal para este último. Las historias
dicen que suelen
presentarse por la noche a los viajeros, intentando seducirlos y sólo con el
roce de su cuerpo, que suele ser de un blanco espectacular, el ser humano caerá
en muerte o por lo menos, en ataque de locura. La mayoría de los estudiosos de
las hadas toman esto último solo como relato de viajeros con mucha imaginación.
Las
Fatas: Son hadas de muy antaño y se consideran como una
estirpe aristócrata.
Se dice
que son las que ponían a prueba a los hombres, por medio de disfraces. Así que
si un viajero caminaba por el bosque y encontraba a una anciana cargada de leña
que le pedía ayuda, él debía hacerlo porque seguramente se trataba de una Fata
que quería ponerlo a prueba.
Sirenas:
Innumerables son
los habitantes de las aguas, especies animales y vegetales aún desconocidas, y
lo mismo ocurre con seres feéricos y legendarios. Las sirenas son, entre ellos,
los más conocidos. Les siguen en popularidad las ondinas y las ninfas.
Quizás
algunos hayan oído hablar de las mujeres-foca, de las hadas lavanderas o de las
náyades.
Las
sirenas eran el equivalente a las ninfas pero en el mar pues residían en la
zona de Sicilia cerca del cabo Pelore. Sus padres fueron Calíope y el río Aquelao, según unas versiones y Forcis
o Gea, según otras. El número exacto de ellas no está totalmente claro, hay quien
afirma que eran tres, pero también se dice que fueron cinco e, incluso
ocho.
El
cuerpo de las sirenas, a pesar de que vivían en los océanos y de lo que
tradicionalmente se ha representado, estaba formado por un cuerpo de ave y un
rostro de mujer, por lo tanto, no tenían aletas, sino alas. Las sirenas
detentaban una voz de inmensa dulzura y musicalidad y se prodigaban en cantos
cada vez que un barco se les acercaba, por lo que los marineros, encantados por
sus sonidos, cuando no podían huir de ellas se arrojaban al mar para oírlas
mejor pereciendo irremediablemente. Sin embargo, si un hombre era capaz de oírlas
sin sentirse atraído por ellas una de las sirenas debería morir. Fue esto lo
que propició el héroe Odiseo, más conocido como Ulises.
Cuando Odiseo estaba viajando en barco en una de sus muchas hazañas halló a
las sirenas y para evitar su influjo ordenó a sus tripulantes, según consejo
de Circe,
que se taparan los oídos con cera para no poder escucharlas mientras que él se
ató al mástil del barco con los oídos descubiertos. De esta forma, ninguno de
sus marineros sufrió daño porque no oyeron música alguna mientras que Odiseo,
a pesar de que había implorado una y otra vez que lo soltaran se mantuvo junto
al poste y pudo deleitarse con su música sin peligro alguno. En consecuencia,
una de las sirenas tuvo que perecer y esta suerte le sobrevino a la sirena
llamada Parténope. Una vez muerta las olas la lanzaron hasta la playa y allí
fue enterrada con múltiples honores. En su sepulcro se instaló después un
templo. El templo se convirtió en pueblo, y finalmente el lugar donde fue
enterrada esta sirena se transformó en la próspera Nápoles, llamada
antiguamente Parténope. También existe otra leyenda acerca de las sirenas que
afirma que los Argonautas también sobrevivieron a su influjo porque Orfeo,
que les acompañaba, cantó tan maravillosamente que anuló completamente su
seductora voz.
EL ORIGEN DE LAS SIRENAS
Difícil
es dilucidar el verdadero origen de las sirenas. Dejando a un lado a las
antiguas sirenas con forma de mujeres-ave, se dice que la primera mujer-pez
conocida fue Atargatis, la diosa de la luna, protectora de la fecundidad y el
amor. Atargatis, perseguida por Mopsos, se sumergió en el lago Ascalón con su
hijo, y se salvó gracias a su cola de pez. Esta leyenda se confunde con la de
la diosa siria Derceto, que también se arrojó a las aguas del mismo lago,
después de matar a uno de sus sacerdotes y abandonar a la hija de ambos en el
desierto. Derceto recibió la cola de pez como símbolo de su pecado, y su hija,
criada por las palomas, se convirtió en Semíramis, reina de Babilonia.
También
puede encontrarse una semejanza con las sirenas en la diosa Afrodita, hija del
semen de Zeus convertido en espuma de mar, que fue diosa del amor y protectora
de los marinos. Su espejo ha sido heredado por toda la estirpe de sirenas.
Para
buena parte de los sabios griegos, sin embargo, las sirenas tienen por padre a
Aqueloo, un río personificado en figura de hombre con cola de pez. En cuanto a
la madre, la confusión crece: puede ser la diosa de la memoria, o alguna de sus
hijas, las musas. Quizá las sirenas sean hijas de la Elocuencia, de la Danza,
de laTragedia o de la Música. Hasta podrían ser hijas de Ceto, la ballena.
OCEANIDAS
Y NEREIDAS
El
dios Océano y su hermana Tetis tuvieron trescientas hijas, las Oceánidas, que
luego se extendieron por todos los mares y los abismos marinos. Una de ellas, Dóride,
fué madre de otras cincuenta ninfas de agua, las Nereidas, llamadas así en
honor a su padre Nereo, de la raza de los Viejos del Mar, creada también por Océano
y Tetis.
Las
Nereidas habitan en el Mar Mediterráneo, y cada una de ellas representa una de
las formas de este mar. Por ejemplo, Talía es la sirena verde, y Glaucea, la
azul. Dinamenea simboliza el vaivén de las olas, y Cimodaré, la calma. Una de
las Nereidas, Anfitrite, fue amante de Poseidón y madre de los Tritones. Las
Nereidas protegían a los barcos, y no cantaban para atraer a los marinos, sino
para complacer a su padre. Los antiguos describieron a las Nereidas con el
cuerpo cubierto de escamas y formas de pez. A partir de aquí, el mito de la
Sirena fue creciendo por todo el mundo como las ondas en la superficie calma del
agua...
SIRENAS
HISTÓRICAS
Hasta
en los mapas del Renacimiento podía leerse la frase “Hic sunt sirenae” (Aquí
están las sirenas) escrita en medio de las áreas destinadas a los océanos. El
hombre que surcó el Atlántico, Cristóbal Colón, también asegura que él y
sus hombres las vieron, aunque no tan bellas como cuentan las historias. Muchas
crónicas de reyes refieren la existencia de sirenas capturadas, y aún cercanos
nuestros días navegantes y exploradores relatan encuentros con mujeres marinas,
como una que apareció en la Antártida en 1823 u otra en las Bahamas en 1869.
La primera tenía los cabellos verdes, la segunda, azules. Sin ir más lejos, en
Liérganes, municipio español, existió un hombre-pez, y circulan rumores de
otro ser de estas características en el río Ebro.
SIRENAS,
CANCIONES Y LEYENDAS
"Encantan
a los mortales que se les acercan. ¡Pero es bien loco el que se detiene para
escuchar sus cantos! Nunca volverá a ver a su mujer ni a sus hijos, pues con
sus voces de lirio las sirenas lo encantan, mientras que la ribera vecina está
llena de osamentas blanqueadas y de restos humanos de carnes
corrompidas..." Este texto escrito hace 2.800 años es probablemente el
origen de la más antigua y conocida de las leyendas: las sirenas que atraen a
los marinos con sus voces mágicas, y hacen encallar los barcos y ahogarse los
tripulantes. Homero lo imaginó así, y así nos lo contó en La Odisea.
Las
páginas de muchos otros libros se han nutrido de los seres de las aguas, y las
leyendas, como ríos de la memoria de la Humanidad, han permanecido hasta
nuestros días.
Ulises
y las Sirenas
Las sirenas son personajes
mitológicos cuyo canto embrujador llevaba a los marinos a la perdición. Sus métodos
de seducción variaban de un relato a otro, pero todas ejercían una atracción
sin parangón sobre los navegantes.
El primer testimonio acerca de la aparición de sirenas se remonta a La Odisea
de Hornero, que relata las aventuras tumultuosas del héroe griego Ulises,
durante su largo viaje de regreso a Itaca, después de la guerra de Troya. Las
sirenas de la época no son esos seres mitad mujer, mitad pez, que las leyendas
más modernas retuvieron, sino unas aves con cabeza y pecho de mujer.
Un canto melodioso e
irresistible
En la mitología griega,
las sirenas viven en una isla del Mediterráneo. Su canto es tan bello que los
marinos que las escuchan no pueden resistírseles y dirigen sus naves contra los
arrecifes. Los supervivientes son asesinados sin piedad. Cuando Ulises abandona
la morada de la hechicera Circe, sabe que debe pasar cerca de la isla de las
sirenas. Siguiendo los consejos de la hechicera, el astuto héroe recurre a una
estratagema que le permitirá oír y no obstante salvar la nave y a sus compañeros.
Tapa los oídos de sus hombres con cera después de haberles pedido ser
fuertemente atado al mástil. Así podrá saciar su curiosidad escuchando el
canto de las sirenas, sin ceder a su encantamiento.
Este canto se revela
melodioso y desgarrador, y está colmado de bellas promesas. Ulises les grita a
sus compañeros que lo desaten, pero por supuesto éstos permanecen sordos a sus
gritos. Finalmente, el barco pasa y los héroes escapan al funesto destino de
tantos otros marinos.
Sin embargo, Ulises no es el
único en enfrentarse a las sirenas. El poeta mítico Orfeo, que acompaña a Jasón
en búsqueda del vellocino de oro, logra también resistir a su fatal encanto.
En el instante en que Jasón y sus hombres, los argonautas, atraídos por las
melodiosas voces, cambian de rumbo y se dirigen peligrosamente hacia los
arrecifes de la isla, Orfeo toma su lira y entona un canto tan sublime que cubre
las melopeas de las sirenas y salva a los marinos, arrancándolos de su mortal
contemplación.
¿Quiénes son las
sirenas?
Las sirenas de la época
homérica son tres hermanas, hijas del dios río Aquelloo y de la musa de la
poesía Calíope. Lidia toca la flauta, Fartenopea la lira y Leucosea lee los
textos y los cantos. Antiguas compañeras de Perséfo-ne, hija de Zeus y de Deméter,
raptada por Hades, el dios de los Infiernos, pidieron a los dioses que les
otorgaran alas para poder salvar a la joven y traerla de vuelta sobre la tierra.
Según otra versión, deben su apariencia
a Deméter, que quiso castigarlas por haber sido negligentes en el cuidado de su
hija. Su nombre proviene del término latino siren, que a su vez proviene del
griego seirén, de la palabra seim, lazo, cuerda, recordando sin duda el poder
cautivador de las sirenas.
Mujeres-pájaro, luego
mujeres-pez
La apariencia física de
las sirenas evolucionó. En época griega, eran representadas como seres alados,
con cara humana y cuerpo de ave como lo prueban diferentes vasijas griegas
antiguas. Su transformación en criaturas mitad mujer, mitad pez, con la parte
inferior recubierta de escamas, se remonta al parecer a la Edad Media y a las
leyendas celtas y germánicas.
Pero, ya bajo el Imperio
romano, se les confunde con las Nereidas, las cincuenta hijas de Nereo,
dios marino, y de Doris, descendiente del titán Océano.
Las bellas Nereidas son las ninfas del mar y por lo tanto no es sorprendente que
hayan sido tomadas por sirenas, también figuras marinas...
Sea como sea, esta leyenda,
nacida de la mitología griega y transmitida a través de los siglos, permanece
durante mucho tiempo vivaz y continúa asediando la imaginación de los
navegantes del mundo entero.
Las sirenas a través
de los tiempos
Aunque las sirenas nacieron de la imaginación de los poetas griegos antiguos,
la tradición que éstas inspiraron se transformó y se desarrolló con el paso
del tiempo, particularmente bajo la influencia del folklore nórdico.
La mitología nórdica. Las
leyendas irlandesas e inglesas hacen todas referencia a la presencia de sirenas
a lo largo de sus costas, mientras que la mitología germánica las ve surgir de
la espuma de las olas. La tradición bretona relata que Ahez, hija del rey
Grallon, habría sido sumergida en las aguas por haber entregado la ciudad de Ys
al diablo y a las olas, y se habría convertido en sirena. Saxo Grammaticus, un
cronista de los siglos XII y XIII, describe por su parte el combate del rey danés
Hadding, hijo de Gram, contra un monstruo acuático, mitad hombre, mitad pez.
Donde se pesca a un
hombre-sirena. Las representaciones de sirenas se multiplican durante la Edad
Media y se transforman en uno de los temas favoritos de decoración de los
manuscritos. Hacia el año 1200, el cronista inglés Ralph de Coggeshall
escribe: "Durante el siglo pasado, bajo el reinado del rey Enrique II, unos
pescadores de Oxford capturaron en el Canal de la Mancha a un hombre desnudo,
que nadaba con soltura bajo el agua. Encerrado durante varios días, éste se
alimentó principalmente de pescado.
No pronunciaba la más mínima
palabra, aun bajo las peores torturas. Devuelto al agua, rasgó la red que lo
retenía y consiguió hacerse mar adentro. Después de un tiempo, volvió a la
orilla y vivió durante dos meses entre la gente de Oxford antes de volver
definitivamente a su elemento natural".
Las sirenas de Cristóbal
Colón. Mientras se encuentra frente a las Antillas, el navegante genovés
cree divisar tres de estas criaturas que bailan en el agua. Son feas y mudas,
pero él descubre en su mirada una cierta "nostalgia de Grecia".
Un encuentro moderno. En
1869, en las Bahamas, seis hombres que se dirigen en canoa hacia una bahía
divisan una sirena de deslumbrante belleza, con los cabellos azules flotando
sobre sus hombros y las manos hendidas. Ésta emite unos grititos de sorpresa al
ver a los marinos y desaparece poco después, sin dejar que se acerquen.
La apariencia física
de las sirenas evolucionó. En la época griega, eran representadas como seres
alados, con cara humana y cuerpo de ave como lo prueban las diferentes vasijas
griegas antiguas. Su transformación en criaturas mitad mujer, mitad pez, con la
parte inferior recubierta de escamas, se remonta aparentemente a la Edad Media y
a las leyendas celtas y germánicas. Pero, ya bajo el Imperio Romano, se las
confunde con las Nereidas, las cincuenta hijas de Nereo, dios marino, y de
Doris, descendiente del Titán Océano. Las bellas Nereidas, de las que
hablaremos más adelante, son las ninfas del mar y por lo tanto no es
sorprendente que se las haya asemejado a las sirenas, también figuras
marinas...
A las sirenas se las describe con frecuencia asomándose a la superficie del
agua, o sentadas en una roca, peinándose su largo y rubio cabello con una mano
y un espejo en la otra. Posteriormente, las sirenas pasaron a ser consideradas
divinidades del más allá, y se suponía que cantaban para los bienaventurados
en las Islas Afortunadas. Fue así como pasaron a representar las armonías
celestiales y es así como las dibujan en los ataúdes y sarcófagos.
Aunque las
sirenas nacieron de la imaginación de poetas griegos antiguos, la tradición
que éstas inspiraron se transformó y se desarrolló con el paso del tiempo,
particularmente bajo la influencia del folclor nórdico. La leyenda de las
sirenas se popularizó rápidamente; se extendió por toda Europa y llegó
incluso a territorios muy alejados, como la India, Rusia y Japón, pasando después
a América. Algunas de las historias las representaban crueles, como la de
Ulises, y otras las describían dulces y amorosas, como en el caso de Ondina,
que según el relato apareció en la costa de Francia.
La mitología nórdica.-
Las leyendas irlandesas e inglesas hacen todas referencia a la presencia
de sirenas a lo largo de sus costas, mientras que la mitología germánica las
ve surgir de la espuma de las olas. La tradición bretona relata que Ahez, hija
del rey Grallon, habría sido sumergida en las aguas por haber entregado la
ciudad de Ys al diablo y a las olas, y se habría convertido en sirena. Saxo
Grammaticus, un cronista de los siglos XII y XIII, describe por su parte el
combate del rey danés Hadding, hijo de Gram, contra un monstruo acuático,
mitad hombre, mitad pez.
(Hay un artículo completo
en varios links sobre las sirenas en la parte de Enigmas)
Ninfas:
Son divinidades menores femeninas que habitan el campo, los bosques y las
aguas. Personifican la fecundidad de la naturaleza. Habitan en grutas y
frecuentemente forman parte del cortejo de alguna diosa como Artemis. Existen
ninfas de diversas categorías, según habiten en los bosques, fuentes o el mar.
Intervienen en numerosas leyendas y tienen amores con dioses y mortales aunque
sus amantes ordinarios son los espíritus masculinos de la naturaleza como los sátiros
o el dios Pan.
Para los antiguos
griegos, las ninfas eran los espíritus elementales del agua. Ellos dieron
nombre a todas las razas de ninfas:
- -Oceánidas y Nereidas,
para las ninfas marinas, verdaderas antepasadas de las sirenas;
- -Náyades, Creneas y
Pegeas, las ninfas de las fuentes;
- -Potamides, las ninfas
de los ríos;
- -Limnades, las de los
lagos.
Pero claro,
el agua está presente en todo lo que nos rodea, y los sabios pronto se dieron
cuenta de que habitaban ninfas del agua en muchos otros lugares. Y también hubo
que buscar nombres para ellas. Al grupo de las ninfas de las aguas las llamaron
Efidríades, y luego nombraron Uranias a las ninfas del cielo y Epigeas las de
la tierra. Estas últimas se dividían en:
- -Oréades, ninfas de las
montañas;
- -Napeas y Auloníades,
ninfas de los valles;
- -Melíades, ninfas de
los prados;
- -Dríades y Hamadríades,
ninfas de los bosques;
- -Corícides, ninfas de
las cuevas.
Las
Náyades son las ninfas que habitan en ríos y fuentes, es decir, las hadas de agua dulce.
En algunos países de Europa se conoce a estos elementales como Náyades, aunque
se utiliza con mayor frecuencia el de ninfas, que en realidad es
una denominación más amplia que engloba a todos los seres legendarios
relacionados con las aguas.
Homero
habló de las Náyades, y dijo que eran hijas de Zeus y madres de los seres
conocidos como Silenos y los Sátiros.
Entre
las descripciones que reciben se encuentran las que las dibujan vestidas con
ropajes azules y refulgentes, y coronadas sus cabezas de largos cabellos de
color verde o negros, con flores y nenúfares. Los dientes son pequeños,
puntiagudos, transparentes o verdosos. Pueden aparecerse también totalmente
desnudas, sus miradas y sus sonrisas son enigmáticas, y cargadas de magnetismo
y seducción.
Son
amantes de la música, de la misma manera que las corrientes de los ríos y los
saltos de las cascadas tienen su propio ritmo. De sus sensuales labios se
desprenden dulces canciones, con palabras o sin ellas, y su aparición suele ir
precedida de melodías excepcionales, que encantan los oídos de los mortales
que las escuchan. No andaba errado el poeta que habló de las "aguas
cantarinas".
Pero
no sólo los ríos y lagos son morada de bellas hadas acuáticas, las leyendas
nos hablan también de atractivos elfos y genios, de Hombres del Río, que
comparten con los seres femeninos su pasión por la música y la belleza. Los
Hombres del Río suelen tañer instrumentos de cuerda, como salterios o
mandolinas, y es posible que su misión sea la de custodiar los caminos
fluviales que conducen en muchos mitos a los olvidados reinos y países
élficos.
Y
a pesar de que en este cambiante mundo de los seres legendarios, la racional
clasificación del estudioso es poco menos que un intento baldío, las más de
las veces ocasión para risas ocultas de hadas y duendes, en ELFOS aportaremos
un breve guión de nombres de hadas y personajes, por si fuera de interés para
los buscadores de leyendas.
BREVE
LISTADO DE NINFAS, HADAS Y ELFOS DE AGUA DULCE
ASRAI
Son pequeñas de estatura. Habitan en lagos y ríos profundos del norte de
Europa. Se diluyen en el agua si les alcanza un rayo de sol, sólo salen en
noches de luna llena, las Noches de Asrai. Son viejas, pero con apariencia de
doncella joven, cabellos largos y verdes, desnudas. Habitan en los huecos de las
rocas.
COTALUNA
Ondina que habita en el río Gramame de Brasil. Durante el verano se aparece con
forma totalmente de mujer, atractiva y seductora. En invierno le crece una cola
de pez y largos cabellos negros.
DONAS
D'AIGUA
Habitan en aguas de ríos, barrancos y fuentes de los Pirineos aragoneses y
catalanes y del Languedoc. También en las Islas Baleares. Peinan sus cabellos
con peines de oro y sienten una gran atracción por los hombres. Alguna Dona
d'Aigua ha llegado a contraer matrimonio con un humano, como se cuenta en una
leyenda del Montseny.
FADAS
D'OS IBONS
Ondinas que viven en los profundos ibones o lagos de origen glaciar de los
Pirineos aragoneses. Atraen a los pastores y a los montañeros con canciones,
especialmente en la Nochebuena. También se las llama moras, y
bailan sobre las aguas en las madrugadas del día de San Juan, con serpientes
que se enroscan en sus brazos.
FOSSEGRIM
Espíritu de las cascadas de Noruega. Apenas mide treinta centímetros, tiene
unos espléndidos cabellos dorados. Canta canciones mágicas que hacen bailar a
los árboles y atrae a los niños para ahogarlos.
GLAISTIG
Tiene patas de cabra ocultas bajo su largo vestido verde. Es una mujer seductora
que, a veces, cuida el ganado que baja a beber a la orilla. Le gustan los niños
y protege a los ancianos. Las lamiñak, lumias o lainas del norte de España
también pueden tener patas caprinas.
GWRAGEDD
ANNWN (o annwfn)
En Gales llaman así a las hadas de los lagos. Son mujeres muy parecidas a las
humanas, muy bellas y sensuales. Suelen casarse con hombres, a los que imponen
la condición de que no les peguen más de tres veces. Lloran y ríen sin
motivo, y son grandes conocedoras de plantas medicinales. En una roca junto a un
lago de Gales existe una puerta que sólo puede verse en las mañanas del Año
Nuevo. Conduce a una isla mágica donde habitan. Una derivación son las
GRUAGACHS, las velludas, entran chorreando agua en las casas y piden que se les
deje calentarse al fuego. Son seres femeninos y también masculinos. Pueden ser
idénticos a las GLAISTIG.
KELPIE
Relacionado con los Hombres del Río, adopta la forma de un caballo de color
gris que recorre ríos y arroyos de Escocia. Atrae especialmente a los niños,
que una vez en su lomo, son ahogados.
LAMIÑAK
y LAINAS
Seres femeninos relacionados con el agua de fuentes y riachuelos en el País
Vasco, Navarra y Aragón. Tienen patas de ganso o garras de ave. Algunas pueden
tener patas de cabra, lo que las relacionaría con las Glaistig. Hay ciertas
leyendas dispersas en otras zonas de España, donde las llaman Lumias.
LAVANDERAS
Aparecen por todo el norte de la península española y en países de la costa
atlántica de Europa Central y Reino Unido. En algunos casos tienen características
que las asocian a las brujas, en otros son propiamente hadas que danzan y
tienden la ropa blanca entre los árboles y sobre la hierba de los prados, después
de lavarla en los ríos. Hay una gran variedad de leyendas sobre ellas, lo que
las dota de descripciones muy diversas.
LIWA
En Nicaragua, son unos gusanos gigantes de color blanco que habitan en el fondo
de los lagos.
LORELEI
El hada acuática del Rhin, que habita en la roca llamada Lore Lay.
LLAMHIGYN
Y DWR
Monstruo de los ríos con forma de sapo gigante, con alas y cola. Da unos gritos
espantosos y se come al ganado que baja a beber a la orilla.
NAVI
Las almas de niños muertos sin bautismo o ahogados en los países eslavos se
transforman en náyades vestidas con túnicas blancas y habitantes de ríos y
lagos. Cantan para atraer y ahogar a los caminantes.
NIXE
Ondina de la Europa Septentrional. Tiene muchas variantes, tanto del género
masculino como del femenino. NECK. Escandinavia y Suecia. Hombre de río con
gorro rojo que toca un arpa de oro y exige un sacrificio humano al año. Grita
la palabra "Cruza" por las riberas cuando alguien se ha ahogado. NICK
en Escocia, NOKKE en Dinamarca, NAKK en Estonia, NIKKRT en Holanda, NAKKI en
Finlandia, siendo la NAKINEIU más parecida a las sirenas...
NOGGLE
Es el Kelpie que habita en Shetland. Poney gris que nada cerca de los molinos de
agua.
OIARÁ
En Brasil, es una muchacha de largos cabellos negros cubiertos de guirnaldas que
atrae a los hombres a las aguas profundas. A veces, los machos de las Oiará
fecundan a las mujeres nativas.
RUSALKI
Habitan en Rusia, Bulgaria y Polonia. Sólo pueden verse en Semana Santa. Tienen
relación con las Hadas Lavanderas, pues desde los árboles a los que se suben
piden prendas de lino a los caminantes, que lavan y tienden a secar. Si alguien
se las lleva, muere. Hacen nidos de plumas y juncos bajo el agua. Caminan por
los campos, haciendo mover las espigas de trigo., desde el día de Pentecostés
hasta el 29 de junio, cuando comienzan sus danzas circulares hasta las primeras
nieves. Dicen que son los espíritus de las jóvenes que se suicidan en los ríos.
Su sonrisa enigmática encanta a las personas y su abrazo es mortal.
VODIANOY
Duende ruso de cabellos verdes y aspecto de una ahogado, con el cuerpo hinchado.
Habita cerca de los molinos de agua. Provoca la hidropesía.
XANA
En Asturias y Cantabria, es un hada que vive en ríos y fuentes. Viste ropas
blancas o floreadas. Hilan madejas de oro y danzan y cantan enamorando a los
pastores. Es de pequeño tamaño.
YEURE
En Francia llaman así a un misterioso animal que vive en el fondo de ríos y
lagos y con sus enfados los desborda.
YACUMANA
Serpiente gigante, Madre del Agua que se transforma en un gran río cuando sale
de las profundidades.
Tritones:
En la tradición mágica europea hay una considerable diferencia entre los
elementales del agua salada (habitantes de mares y océanos) y los del agua
dulce (habitantes de ríos y lagos) tanto en el carácter como en el aspecto. En
tanto los que habitan los lagos son hermosos, de apariencia joven y seductora,
los marinos son serios, de piel arrugada, de rostro envejecido y lucen largos
cabellos enmarañados. Solamente en aquellas regiones o países en los que la
diferencia entre el mar y los ríos no es muy acusada (como en los Países
Bajos, Noruega o Islandia, tierras de rias y fiordos), los elementales del agua
adquieren muchas más semejanzas. Al contrario de las mujeres marinas, sus
congéneres masculinos son menos abundantes (o eso parece) en cuanto a la
cuestión demográfica, lo que tal vez explicaría que las ninfas y las sirenas
estén en continua busca y captura de bellos mortales humanos para sus devaneos
amorosos.
Señores del océano, los tritones están profundamente arraigados en la tradición
de marineros y amantes del mar. Muchos se han extasiado y han sido llevados a su
perdición por tritones Oscuros, y las historias de las personas que son
salvadas por delfines también son producto de este linaje.
Luminosos u Oscuros, todos
los tritones son sumamente propensos a emociones fuertes. Suyo es el profundo
misterio del océano, y la terrible furia de sus tormentas. Una vez
encolerizado, un tritón es un enemigo terrible, ya que ellos guardarán rencor
durante tiempos increíblemente largos.
Los tritones viven a lo
largo de las costas rocosas de océanos y mares. Muy raramente abandonan el agua
para aventurarse tierra adentro, pero de vez en cuando, uno abandonará su
ambiente nativo y se unirá a la sociedad terrestre. Aquellos que se pierden a
la banalidad en este momento son especialmente llorados por su linaje. Un tritón
que muera o sucumba a la banalidad en tierra seca se reencarnará como un
caminante de tierra que es un destino peor que la muerte para la mayoría de
ellos.
Los tritones Luminosos
prestan poca atención a la sociedad mortal, pero los oscuros sienten una alegría
impía atrayendo a mortales a su muerte en el agua. Esto ha servido para dar una
reputación bastante mala a este linaje en la cambiante sociedad humana.
Aparte de la corte, los
tritones ven las maneras de los caminantes de tierra con diversión, pero
raramente actúan recíprocamente en la política de los otros linajes.
Apariencia:
Lo mas notable de la apariencia de un tritón es la falta de piernas. Tienen una
larga cola escamosa como la de un pez de cintura para abajo. El color de las
escamas varía enormemente, pero normalmente son de un brillante verde-azul. Sus
rasgos humanos son generalmente fuertes y firmes. El pelo es normalmente
azul-verdoso, y sus ojos son grandes y verdes. Los Tritones tienen
membranas entre sus dedos.
Aspectos:
Los tritones Infantiles se divierten y juegan con delfines y focas. Preferirían
nadar y jugar antes que nada.
A los tritones Rebeldes les
encanta mofarse de los mortales y caminantes de tierra. Son auto-indulgentes y
muy tercos.
Los Gruñones de este
linaje crecen para parecerse más aun pez, su piel se torna de un pálido verde,
y su deseo de caminar en tierra prácticamente desaparece. La única vez que un
gruñón normalmente sale su gruta submarina es para soltar una furiosa venganza
en el mundo mortal.
Apariencia:
En
cuanto a la apariencia que muestran, según se recoge en decenas de historias,
los hombres marinos del norte de Europa y de los mares fríos, son altos, con
largas barbas de color blanco, aspecto de ancianos y dientes verdes (o iguales a
los de los peces). El ejemplo prototípico lo constituyen los Merrows de
Irlanda, que, al igual que nuestros duendes, llevan siempre puesto un gorro de
color rojo. Cuenta la mitología que, como elementales que son, los tritones
cambian de forma con frecuencia y pueden aparecer transformados en caballos,
toros o personas. En Noruega aparecen convertidos en ocasiones en centauros, y
en Escocia, donde suelen tener apariencia humana, son auténticos gigantes. De
entre todos ellos destacaríamos a los siguientes:
Los Daoine-mara
de Escocia, peludos, con barba, de nariz chata y aplastada, color amarillento
y brazos largos y simiescos.
Los Mermen,
de Suecia, Noruega y Dinamarca, de color verde y aspecto de peces, pero con
barba y largos cabellos.
Los Havmand,
de Noruega, son de aspecto juvenil, en contra de lo habitual, y tienen cola de
pez, por lo que se asemejan a los del mar Mediterráneo.
Los Nóke se
diferencian de sus congéneres porque solamente tienen un agujero en la nariz
y usan sombreros verdes.
En Holanda
habitan los Neckers que son de un tamaño muy pequeño.
Los tritones del mar Mediterráneo tienen colas de pez, como las sirenas, usan
tridentes (símbolo mágico asociado siempre a Poseidón) y cabalgan sobre la
grupa de los delfines, con los que se comunican sin problemas en su mismo
idioma. Habitan en cavernas y cuevas en el fondo del océano y algunos son
capaces de construir maravillosas ciudades.
Poseidón:
Uno
de los tritones más conocidos es Poseidón. Hijo mayor de los primeros dioses
Cronos y Rea, Poseidón gobierna las aguas todas, es rey de oceános, mares, ríos
y lagos. Cabalga sobre las olas a lomos de blancos caballos, y salta con los rápidos
y las cataratas. Todos los habitantes de las aguas son sus súbditos, y de su
unión con una sirena nacieron los tritones.
Poseidón eligió la mar como morada. En lo más profundo, allí donde la
oscuridad es más espesa que el espacio alrededor de las estrellas, en el abismo
del silencio, en la más gélida de las honduras, existe un reino de castillos
dorados. Es Aigai, en el golfo de Eubea, donde habita el dios Poseidón desde el
inicio del Olimpo, sometiendo el imperio líquido bajo su tridente. Sus famosos
caballos tienen la crin dorada y las pezuñas de cobre.
Para Homero, Poseidón es "El que sacude la Tierra" y "El que
rodea la Tierra". Con su poderoso tridente agita las olas, hace brotar
fuentes y manantiales donde le place, y encauza su ira provocando los temibles
seísmos.
Su esposa principal fue Amfitrite, una Nereida. Pero no fue la única. Como un
fabuloso creador de monstruos, sus múltiples relaciones amorosas dieron como
fruto este maravilloso bestiario fantástico:
Pegaso, el caballo alado, y Chrisaor, el de la espada de oro, hijos de su unión
con Medusa. Kérkopes, los Aloadai, el gigante cíclope Polifemo, los gigantes
Antaíos y Lamos, que era antropófago, el bandido Kerkion y el asesino Skirón,
y en las estrellas, Orión, el Cazador maldito. Con su esposa más fiel procreó
la raza de los Tritones, monstruos marinos con rostros humanos barbados y colas
de dos extremidades, parecidas a las de los delfines. El cabello es de algas,
tienen agallas tras las orejas y las manos parecen conchas.
También cuenta Platón, que Poseidón gobernó en la Atlántida, y que allí
vivió en la montaña más alta con la joven Klito, con la que tuvo dos gemelos.
El mayor de ellos fue Atlas.
Poseidón, llamado luego Neptuno, estará siempre presente en nuestra memoria
cuando las olas se embravezcan y nuestro barco zozobre. Sólo él decidirá
nuestra suerte de marinos.
Trasgos:
Trasgo es el nombre genérico de
un duende familiar, bien conocido en casi toda España, aunque con algunas
variantes en el nombre. Trasgu en Cantabria y Asturias, Trasno en Galicia,
Follet en Cataluña, y algunos otros que, seguramente, ya conocéis.
Muchos
imaginan
al Trasgo vestido de rojo, tocado con el clásico gorro del mismo color, y otros
saben de buena tinta, que para disimular su presencia en el bosque, se viste con
hojas de castaño cosidas con musgo, y aún, otros aseguran que es un duende
flacucho y mal encarado, capaz de dar de bastonazos a quien intente impedirle
robar la leche, la harina o las frutas.
Su verdadera
diversión es hacer continuas trastadas a las personas, de quienes se burla con
auténtico fervor. Suelen "adoptar" una familia humana, y con
sus bromas pesadas y engaños continuos, consiguen acabar con la paciencia
de todos.
Sin embargo, hay
un medio para librarse de ellos, y es proponerles tareas que no puedan realizar,
lo que les enfada tanto, que se van para siempre. En las antiguas casas de
labranza, se les daba a lavar alguna piel de oveja negra, ordenándoles que
estuviera blanca como la nieve al día siguiente. Ante la imposibilidad de tal
cometido, el Trasgo abandonaba a sus adoptados humanos.
También se solía
poner en las ventanas, por donde el Trasgo entraba a las viviendas, una taza o
plato con semillas de cebada o mijo, de tal manera que el duende lo volcara al
entrar. Esto le obligaba a recogerlas, tarea imposible de realizar en una noche,
ya que el Trasgo tiene un gran agujero en su mano izquierda. O se le daba un
cesto tejido y se le ordenaba que lo trajera lleno de agua de mar, cosa que
acababa definitivamente con la paciencia del trasgo.
Con tales tareas
encomendadas, no hay duda de que nadie querría soportar a unos humanos tan
antipáticos y el Trasgo, finalmente, se alejaba refunfuñando. No iba muy
lejos. Sólo al bosque más cercano, donde, desde las ramas de los árboles, se
entretenía tirando piedrecillas a los caminantes.
Sátiros:
Son parientes directos de los faunos, mitad humanos, mitad cabra. Simbolizan las
maneras despreocupadas de la naturaleza. Los sátiros tienen el torso, la cabeza
y los brazos de un hombre, y las piernas traseras de una cabra. La cabeza humana
es adornada por dos cuernos agudos y llevan el pelo rizado. La piel del cuerpo
superior se extiende de un marrón ligero hasta una piel rojiza. Los cuernos y
los enganches son negros.
Salvajes
y apasionados, los sátiros satisfacen sus deseos con abandono. Estos duendes
insisten en que la sabiduría se encuentra en la pasión. Si esto es cierto,
entonces los sátiros son con mucho los más sabios de la Estirpe. Aunque el resto
de sus parientes (faunos, dryads y korred) puede menospreciar sus maneras
terrenales, antes o después vendrán a pedir consejo, algo de apoyo o un muy
buen rato.
Los sátiros
son bien conocidos por su falta de cortesía. Su resistencia también es
legendaria. Sea en las fiestas, bebiendo o cargando en la batalla, los sátiros
tienen unas ventajas físicas definitivas sobre sus parientes. Aunque no tan
hermosos como los sidhe, nunca les faltan amantes. Afirman que se debe a su
mentalidad abierta y actitud audaz, pero muchos duendes creen que el Don de Pan
tiene bastante que ver en ello.
Dionisio, el
dios del vino, representa al sátiro por excelencia. Pasaba todo el tiempo
bebiendo, tocando la flauta y persiguiendo ninfas por el bosque.
Sin embargo,
la vida de un sátiro no es sólo deseo y rosas. La mayoría de los sátiros
disfrutan de la soledad y el estudio. La amistad y el ejercicio intelectual
también les sostiene. Son buenos confidentes y excelentes filósofos; así
mismo, sus competiciones mentales pueden rivalizar con las de bebida. La poesía,
el debate, la filosofía, la música... estas inquietudes más tranquilas les
fascinan. Una vez que la contemplación se vuelve extremada, cambian de
inmediato y están listos para experimentar de nuevo el otro lado de la vida. Al
vivir sus vidas al límite, se embarcarán en otra infame juerga carnal. A
menudo llevarán a sus compañeros intelectuales con ellos en un esfuerzo por
ampliar sus horizontes.
Aunque son muy
afables, los sátiros también pueden ser bastante exclusivistas. Sus bandas de
linaje, llamadas tragos, son como grandes familias. Los amigos y amantes,
compañeros de juegos y enemigos, pueden ir y venir, pero los tragos persisten.
Si un sátiro muere o cae bajo la Banalidad, sus trago realiza un despertar épico
con canciones sin fin y danzas frenéticas. Separar a una cabra de su trago es
casi imposible. Sólo el peor de los crímenes podría llevarle al exilio.
La verdad no
es nada para ellos sin la belleza, y tienen predilección por las cosas
preciosas. Sin embargo, no son materialistas; es más fácil para ellos
coleccionar personas con las que jugar hasta que se sienten satisfechos. Esto
puede resultar difícil si el compañero de juegos se siente unido a ellos. Al
igual que los sátiros son muy buenos con las ideas, los sentimientos son un
misterio para las cabras.
Las pasiones
de los sátiros corren a menudo sin freno porque no saben como controlarlas. Un
sátiro Luminoso puede intentar entender a un amante despechado, pero nunca
puede siquiera imaginar la razón de su dolor. Un sátiro Oscuro siente piedad
de su amante, pero luego la Estraga libremente al servicio de su pasión. De
cualquier modo, esto puede ser peligroso. Cuando la Canción de Pan está en
juego, el caos fluye libremente y la mañana siguiente puede resultar fatal. Al
responder a la llamada de la pasión, los sátiros siguen su propia sabiduría.
Apariencia:
Los sátiros son delgados y
velludos, llevan cabellos largos y raramente se afeitan. Las cabras no tienen
vergüenza alguna respecto a sus costumbres, y aprecian la sensualidad de todas
sus formas. Tienen piernas peludas pezuñas de cabra y pequeños cuernos que
nacen de su frente. Las pocas ropas que llevan son resistentes y fáciles de
quitar.
Estilo
de vida: La música es una pasión común entre las cabras, y hacer de
ella una forma de vida es su estilo de vida ideal. Lagares, destilerías, bares
y discotecas atraen a los rebaños de sátiros. Llevan su resistencia al límite,
y se esfuerzan por atraer todo el placer que pueden de la vida.
Infantiles:
Los sátiros infantiles también son llamados "faunos". Aprender
las habilidades principales de la vida, como cantar, música, correr y luchar,
son sus principales preocupaciones. Sus interpretaciones musicales son
normalmente exquisitas. Los infantiles tienen pequeñas protuberancias blandas
en vez de cuernos.
Rebeldes:
Son la propia
esencia del caos feérico: lascivos, incontrolables y salvajes. Come, bebe y
diviértete, porque puede que mañana seas viejo. Cada par de protuberancias
crece para convertirse en cuernos. El tamaño de los cuernos es fuente de
orgullo, así como centro de muchas bromas. Los cuernos de las dryads son
algo más pequeños.
Gruñones:
Buscan la sabiduría para escapar de la tristeza de su juventud perdida.
Aunque disfrutan de una buena bebida y de un debate animado, saben que sus
mejores años quedan atrás. Cuando la tristeza de un barbagris se vuelve
demasiado grande, su trago se lo lleva para la última juega épica: el gruñón
muere al amanecer del día siguiente. Los cuernos de un sátiro barba gris son
impresionantemente grandes, y a menudo se curvan hacia atrás sobre la cabeza
como los de un carnero.
Privilegios:
Don de
Pan --Las fiestas dionisíacas son rituales para estos duendes. Cantar,
la música la danza pueden usarse para avivar la pasión carnal de hadas y
mortales. Cualquiera que falle una tirada de Fuerza de Voluntad se ve arrastrado
por deseos ocultos y las actividades de la noche. Después de una o dos horas,
la Banalidad de aquellos que están en el área desciende lentamente. Todo el
mundo implicado, mortal o no, ve su Banalidad permanente reducida, mientras que
los sátiros sigan actuando. Los tragos pueden combinar sus esfuerzos para hacer
descender aún más la Banalidad. Cada sátiro que alimenta el fuego puede
disminuir la Banalidad temporal de los asistentes. Estos efectos sólo duran
mientras los sátiros siguen tocando.
Flaquezas:
Maldición
de la Pasión --La pasión tiene sus momentos desagradables también.
Los sátiros son propensos a excesos, especialmente cuando están borrachos. A
la menor provocación explotan en un torrente de furia o en un mar de lágrimas.
Más aún en las raras ocasiones en que intentar resistirse a la tentación, las
dificultades aumentan para todas las tiradas de Fuerza de Voluntad.
Cita:
Oh, sí... toda la sabiduría se halla en la pasión. Por cierto, tus ojos
son encantadores a la luz del fuego...
Dice
la leyenda que los sátiros habitan un territorio común con los centauros y
tiende a ser amistoso con ellos, pues comprende su lenguaje.
Raramente los sátiros se encuentran con los Korred, otra raza vecina.
Los sátiros tienen varias celebraciones en época de primavera y verano.
Estas celebraciones duran toda la noche y el vino corre como agua de
arroyos.
Viven
en cuevas cómodas y árboles huecos. No hay sátiros femeninos y se cree que
los Dryads son las contrapartes femeninas del sátiro, y que éstos se acoplan
con los dryads para producir más sátiros y dryads. En algunos bosques los
sátiros acechan a las hembras humanas y las hechizan con el sonido de su flauta
para copular con ella. Una mujer encantada por un sátiro puede volver después
de unas semanas a buscarlo por el bosque, pues le dura la fascinación.
Los
sátiros comen las plantas y las frutas, aunque se dice que también comen carne
de venado.
Korred:
Este pariente pequeño
del sátiro tiene la misma forma de bailar y tocar la flauta, pero carece de los
cuernos y tiene la barba más espesa y su pelo es más desprolijo.
El
olor del Korred tiene aroma de árboles del pino y de la tierra fresca.
Generalmente llevan bolsas de cuero grandes. Tienen voces ruidosas y hablan su
propia lengua, más la de los sátiros, las dryads, los centauros , y los elves;
algunos incluso hablan druida.
El korred puede utilizar su risa mágica tres veces por día; a menos que sea
anulada por un bardo que canta. No tolera a los forasteros, a excepción de
guardabosques raros, los druidas y los elves. Incluso éstos no deben
interrumpir el mágico momento de la danza korred.
En
algunos bosques de Bretaña y Francia, estos bailarines de la noche tienen, a su
vez, otros parientes.
Los pequeños Goblins, que miden de uno a tres pies de alto y viven cerca de los
cementerios y en las cuevas del mar. Llevan bolsas de cuero llenas por
completo de monedas de oro, que mágicamente desaparecen cuando son capturados.
Si un Goblin hechiza a un ser humano, este baila a veces hasta la muerte si no
es liberado de esa magia.
Las
familias de Korred son: Jetins y Vihans (un poco más pequeños), Cornus de
Hommes (de Gascony), Corics, Kerions, Kouricans, Gwazig-Gan, Kourils, Korandon,
Corriquets, Guerrionets, Korriks, Boudiguets, Corrrandonnets y Kkornikaned.
Faunos:
En las idílicas
llanuras de la Arcadia los mortales avistaban sin mayor dificultad a Faunos,
Silvanos y Silenos, los espíritus animales guardianes de los bosques que la
tradición ha consagrado con cuernos y cuartos traseros de cabra (y algo ligeros
de cascos...). Es su patrón Pan, a quien sin duda todos hemos visto
representado tocando su flauta, la siringa, música ensoñadora que Debussy tan
bien reprodujo en su "Preludio a la siesta de un Fauno"..
Peris:
Son elementales nacidos de la mitología persa. En el plano físico poseen gran
belleza y bendicen la tierra de los granjeros. Combaten contra los Ahrimanes,
demonios que causan plagas en zonas rurales.
Vestiglos:
La mitología popular los considera como los elementales más malvados, que
acechan a los mortales en caminos apartados.
Trolls:
Se cree que durante la Primera Edad de las Estrellas, en los profundos pozos de
Angband, Melkor el Enemigo crió una raza de gigantes crueles que eran feroces y
fuertes, pero sin inteligencia. Estos gigantes de negra sangre fueron llamados
trolls, y durante dos Edades de las Estrellas cometieron todos los actos
malvados que su escasa inteligencia les permitió. Se dice que los trolls fueron
criados por Melkor porque deseaba tener una raza tan poderosa como la de los
gigantes Ents, los Pastores de Árboles. Los trolls doblaban en estatura y
corpulencia a los hombres más grandes y tenían una piel verde y escamosa que
era como una armadura.
Eran
duros y resistentes como la roca, pero en la brujería que les dio origen hubo
un fallo fatal: temían a la luz. El sortilegio de su creación se realizó en
la oscuridad y, si la luz caía sobre ellos, era como si el sortilegio se
rompiera y la coraza de su piel crecía hacia adentro. Sus entidades malignas y
sin alma eran aplastadas y se convertían en piedra muerta. La estupidez de los
trolls era tan grande que muchos no podían ni siquiera aprender a hablar,
mientras que otros tan sólo sabían los rudimentos de la Lengua Negra o el
dialecto de los Orcos.
Aunque
todo su poder a menudo no servía de nada absolutamente contra alguien listo e
inteligente, los trolls eran temidos y con razón en las cavernas montañosas y
en los bosques sombríos. Lo que más deseaban era una dieta de carne cruda.
Mataban por placer, y sin razón aparente -a no ser una avaricia sin fines
concretos- almacenaban tesoros que robaban a sus víctimas. Pero se cuenta
que Melkor no estaba satisfecho con la maldad de aquellos siervos y buscó un
mejor uso para su gran fuerza. Fue así como crió trolls de gran astucia y
agilidad, que podían resistir la luz del sol. A éstos los llamó Olog-hai, y
fueron grandes criaturas con la capacidad mental de un humano malvado.
Tenían
como dominio las tempestades, el trueno, los hielos y todo espacio abismal. Hay
gigantes en el fuego y
en las aguas. Al igual que los otros elementales, también metamorfosean
su forma, y en esta habilidad el gigante Fafnir
es el más conocido, pues cuenta la leyenda que se transformó en dragón para
proteger su tesoro.
Los
Orcos: Se dice que, en
la Primera Edad de las Estrellas, Melkor ya había creado a los Trolls y cometió
su mayor blasfemia en lo más profundo de los pozos de Utumno. Porque fue
entonces cuando capturó a muchos miembros de la recién surgida raza de los
elfos y los llevó a sus mazmorras, y con horribles actos de tortura concibió
unas formas de vida terribles y horripilantes. De ellos crió una raza esclava
de trasgos, que eran tan odiosos como hermosos eran los elfos.
Fueron los orcos,
una muchedumbre creada con formas desfiguradas por el dolor y el odio. La única
alegría de estas criaturas era el sufrimiento de los demás, porque la sangre
que corría por los orcos era negra y fría. Su forma achaparrada era horrible:
encorvados, con las piernas zambas y rechonchos. Tenían los brazos largos y
fuertes, como los simios del sur, y una piel tan oscura como la madera que ha
sido carbonizada por el fuego. Poseían una gran boca con colmillos irregulares
de color amarillento, lengua roja y gruesa, nariz y rostro chatos y anchos.
Los
ojos eran rajas carmesíes, como estrechas troneras en parrillas de hierro
negro, tras las que ardieran brasas encendidas.
Estos
orcos eran grandes guerreros, porque temían más a su Amo que a cualquier
enemigo, y quizá la muerte fuera preferible al tormento de una vida de orco.
Eran
caníbales y a menudo sus garras afiladas y sus colmillos babeantes se veían
manchados con la amarga carne y la impura sangre negra de los de su propia raza.
Poseían ojos con visión nocturna y habitaban en pozos y túneles inmundos. Su
progenie surgía con mayor rapidez que la de ninguna otra raza de los pozos de
reproducción. Llevaban cimitarras, puñales envenenados, flechas y espadas de
hoja ancha.
Se
comenta que debido a un hechizo de un genio de otra región, Melkor perdió sus
poderes y los orcos se fueron extinguiendo. Aunque sobrevivieron algunos, nunca
volvieron a alzarse en gran número, sino que fueron decayendo y pasaron a ser
un pequeño pueblo de trasgos que no poseía más que un atisbo de su antiguo
poder maligno.